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La cáscara de banana es mucho más que un simple residuo. Con un poco de ingenio y habilidad puede transformarse en un ingrediente muy versatil dentro del hogar.

Muchos aficionados en la jardinería y el paisajismo recomiendan utilizarlas para las plantas y para la higiene de espacios cerrados. Se trata de una sencilla preparación casera que funciona como alternativa natural a productos químicos que suelen tener costos elevados.

La cáscara de banana diluida en agua concentra una alta cantidad de minerales que las plantas necesitan para crecer con más fuerza. Al mismo tiempo, la mezcla resulta útil para neutralizar malos olores en la cocina, el lavadero o el cesto de residuos.

Cómo utilizar la mezcla de cáscara de banana y agua como fertilizante

La banana contiene potasio, magnesio y pequeñas cantidades de fósforo, tres minerales esenciales para el desarrollo de raíces, tallos y flores. Al licuar las cáscaras con agua, esos nutrientes pasan al líquido y se vuelven de rápida absorción para las plantas. Aplicarlo directamente sobre la tierra permite mejorar la retención de humedad, fortalecer la estructura del sustrato y estimular una floración más abundante.

Licuar cáscaras de banana y agua: por qué recomiendan hacerlo y para qué sirve. (Fuente: Archivo)freepik

Los expertos señalan que esta preparación influye de manera positiva en plantas ornamentales, huertas urbanas y especies de interior. Su uso regular potencia el color del follaje y contribuye a reducir el estrés por falta de nutrientes. Además, no genera riesgos para animales domésticos ni altera el pH del suelo, por lo que resulta apta para todo tipo de usuarios.

Cómo preparar el fertilizante de cáscara de banana y agua

Preparar esta mezcla solo requiere solo dos ingredientes: cáscaras de banana y agua.

Licuar cáscaras de banana y agua: por qué recomiendan hacerlo y para qué sirve. (Fuente: Archivo)

Para obtener un fertilizante natural, se aconseja cortar dos o tres cáscaras en trozos pequeños, colocarlas en una licuadora y cubrirlas con un litro de agua. Después de procesar la mezcla, se debe colar el líquido y guardarlo en un frasco o botella.

El fertilizante queda listo para usarse sobre la tierra una vez por semana, siempre en cantidades moderadas para evitar exceso de humedad.