En Pensilvania, muchos conductores desconocen una regla importante que podría costarles caro: la inspección de emisiones vehiculares.
Este requisito, diseñado para mejorar la calidad del aire, es obligatorio para todos los vehículos registrados en el estado, salvo algunas excepciones.
No cumplir con esta revisión no solo implica multas, sino que puede tener consecuencias graves, como la imposibilidad de renovar el registro del vehículo y la aplicación de sanciones adicionales.
¿Cuál es el control obligatorio que tienen que cumplir todos los conductores?
El programa de inspección de emisiones en Pensilvania es parte de una estrategia estatal para reducir la contaminación y mejorar la calidad del aire. Se implementa junto con la inspección anual de seguridad en talleres certificados por el Departamento de Transporte de Pensilvania (PennDOT).
Es importante destacar que los vehículos fabricadosantes de 1975, los automóviles eléctricos y las motocicletas no están obligados a pasar esta inspección.
Cuáles son las consecuencias de no cumplir con la inspección de emisiones
Una por una, las consecuencias a las que se enfrentan los conductores que no cumplan con la inspección:
Multas
Los conductores que no realicen la inspección a tiempo pueden enfrentar multas considerables, especialmente si el registro del vehículo ha expirado por más de dos meses. Las sanciones mínimas pueden comenzar en USD 50 y escalar hasta USD 300.
Imposibilidad de renovar el registro
Si un vehículo no pasa la inspección de emisiones, no podrá renovar su registro, lo que impide su circulación legal.
Reparaciones necesarias
En caso de no superar la inspección, el conductor estará obligado a realizar las reparaciones correspondientes para ajustar su vehículo a los estándares requeridos.
Sanciones adicionales
Si la policía detecta un vehículo con el registro vencido, se pueden imponer sanciones aún mayores, como la detención si esta se agrava con el que conductor se encuentre bajo los efectos de sustancias ilegales.