Mientras el oro parece haber quedado relegado a los mercados financieros y las bóvedas de los bancos centrales, en el norte de España todavía existe un lugar donde el oro se busca a mano, en el cauce de un río.
Se trata de Navelgas, una pequeña localidad del Principado de Asturias, que cada año revive una de las tradiciones mineras más antiguas de Europa: el bateo de oro.
Navelgas: el pueblo asturiano donde compite por oro
Ubicado en el concejo de Tineo, Navelgas se ha convertido en un auténtico símbolo del turismo rural ligado al oro. Su historia está marcada por la presencia de yacimientos aluviales que, durante siglos, alimentaron el sueño de la riqueza para quienes se animaban a buscar pepitas entre las piedras y la arena.
Aunque ya no es una actividad económica principal, el bateo de oro sigue vivo como expresión cultural. Cada verano, el pueblo organiza una celebración que combina competencia, tradición y turismo: el Campeonato Nacional de Bateo de Oro, donde los participantes deben encontrar pequeñas partículas doradas utilizando solo una batea, paciencia y técnica.
El origen del oro en el río: una herencia natural
El secreto está en la geología del terreno asturiano. Durante miles de años, las montañas liberaron minerales preciosos que fueron arrastrados por el agua hasta el fondo del río Navelgas. Lo que hoy parece un simple arroyo es, en realidad, un depósito natural de micropartículas de oro que se pueden extraer con dedicación y práctica.
El bateo no es solo una actividad recreativa: es una conexión directa con una historia que se remonta a tiempos del Imperio romano, cuando esta región fue clave para la explotación aurífera en Hispania.
De minería antigua a atractivo turístico
La tradición de buscar oro en el río se ha transformado en un poderoso recurso para impulsar el turismo sostenible en Asturias. Durante el campeonato, el pueblo entero se llena de vida con talleres para niños, ferias culturales, visitas guiadas y exhibiciones históricas.
Navelgas también alberga el Museo del Oro de Asturias, donde los visitantes pueden aprender sobre las técnicas antiguas, el uso del oro en la historia y la influencia que tuvo en la formación del paisaje local. Las huellas de la minería romana todavía se observan en algunos puntos del entorno, recordando que el vínculo entre este pueblo y el oro tiene raíces profundas.