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La administración de Donald Trump reafirmó su política de no permitir el ingreso de inmigrantes que hayan cometido ciertos delitos, incluso si estos ocurrieron años atrás o fueron sancionados en sus países de origen. Esta medida forma parte de un enfoque más riguroso en materia de seguridad fronteriza y protección del orden público, con el objetivo de prevenir riesgos potenciales.

Atención inmigrantes: ningún extranjero puede entrar a Estados Unidos si cometió alguno de estos delitos

De acuerdo con el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS) y la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), los delitos que pueden ocasionar la inadmisibilidad incluyen, pero no se limitan a, crímenes relacionados con drogas, violencia doméstica, delitos sexuales, fraude, tráfico de personas, lavado de dinero y vínculos con organizaciones criminales o terroristas.

En muchos casos, estos antecedentes no solo impiden el ingreso, sino también la posibilidad de obtener una visa, asilo, residencia o incluso la ciudadanía. Estas condenas, aunque hayan sido cumplidas, pueden seguir generando consecuencias migratorias.

¿Qué otras razones pueden impedir el ingreso de extranjeros a Estados Unidos?

Además de los antecedentes penales, existen varias razones por las cuales un extranjero puede ser inadmisible e impedido de ingresar a Estados Unidos. Las autoridades migratorias, como la CBP y el Departamento de Estado, evalúan múltiples factores antes de autorizar el ingreso al país. Algunas de las principales causas de inadmisibilidad son:

  • Problemas migratorios previos: haber ingresado ilegalmente a EE.UU. anteriormente, haber permanecido más tiempo del permitido con una visa, o haber sido deportado en el pasado.
  • Mentir en una solicitud o entrevista migratoria: proporcionar información falsa o documentos fraudulentos puede derivar en una prohibición de entrada permanente.
  • Falta de documentación adecuada: no contar con una visa válida, pasaporte vigente o el tipo de visa correspondiente al motivo del viaje.
  • Enfermedades contagiosas graves: algunas enfermedades pueden considerarse un riesgo para la salud pública, como tuberculosis activa no tratada.
  • Pobreza o riesgo de convertirse en "carga pública": si se estima que una persona dependerá de asistencia estatal.