Una medida reciente del gobierno de Estados Unidos encendió todas las alarmas de los beneficiarios de la SSA. La Administración Trump confirmó la eliminación de un canal clave de atención en el Seguro Social y, a partir del 14 de abril, ya no se podrán hacer trámites importantes por teléfono.
Esta modificación, calificada por el Center on Budget and Policy Priorities (CBPP) como "abrupta e injustificada", amenaza el futuro de todos estos beneficiarios, sobre todo quienes dependen de ese medio para no quedarse fuera del sistema.
El nuevo cambio en el Seguro Social complica todavía más el acceso de todos estos beneficiarios en Estados Unidos
Lo que hasta ahora se resolvía con una simple llamada, pronto requerirá una visita presencial a una oficina del Seguro Social, o bien un trámite en línea (si es que se tiene internet, computadora, y la paciencia para lidiar con las trabas tecnológicas del sistema).
Este nuevo cambio representa una barrera enorme para millones de personas, y no es exageración:
Hay más de 6 millones de adultos mayores en Estados Unidos que no conducen.
Otros 8 millones enfrentan limitaciones de salud o movilidad que les impiden salir de casa fácilmente.
En 35 estados, al menos 1 de cada 10 personas mayores tiene que recorrer más de 45 millas hasta la oficina más cercana del SSA.
En zonas como Alaska o Dakota del Norte, los trayectos pueden superar las 180 millas ida y vuelta.
El CBPP estima que esta decisión obligará a más de 4 millones de personas cada año a buscar atención presencial. El resultado de esta decisión posiblemente termine con oficinas saturadas, esperas interminables y muchísima frustración para los beneficiarios que ya enfrentan obstáculos diarios.
Pésima noticia del Seguro Social: menos atención, menos personal y más trabas para todos estos beneficiarios
Como si fuera poco, esta pésima noticia del Seguro Social llega justo cuando el sistema está más debilitado que nunca. En pleno 2025, la Administración Trump está recortando personal a un ritmo alarmante.
Con cifras en aumento, ya más de 7000 empleados fueron despedidos y aún se vienen más recortes. Solo en abril, 3,000 trabajadores aceptaron retirarse anticipadamente. En muchas oficinas, las bajas representan más del 25% de la plantilla.
El combo es explosivo: se cierran canales de atención al mismo tiempo que hay menos gente para atender. Y conseguir una cita en una oficina del SSA no es precisamente fácil:
El tiempo de espera promedio para recibir una llamada de vuelta supera las 2.5 horas.
Más del 60% de quienes llaman deben esperar más de 28 días para conseguir una cita.
Muchas oficinas están reservadas hasta el límite del sistema: 40 días hábiles.
Y, por si alguien pensaba que esto se hace para evitar fraudes, el CBPP aclara que la justificación no se sostiene. Los cambios en depósitos directos, que ahora exigirán ir en persona, representan menos del 0.01% de los fraudes anuales del Seguro Social. Además, explican que en los pocos casos en que sí ocurren, casi nunca se originan desde llamadas telefónicas.
Lejos de resolver un problema real, esta decisión parece crear uno nuevo. Más costoso, más lento y más excluyente. Este nuevo cambio no solo amenaza el futuro de todos estos beneficiarios en Estados Unidos: pone en riesgo el acceso a un derecho básico para quienes más lo necesitan.