

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a encender la expectativa de millones de ciudadanos al dejar entrever la posibilidad de nuevos cheques de estímulo económico.
Su propuesta, difundida a través de Truth Social, plantea un “dividendo arancelario” de hasta 2.000 dólares por persona elegible, en un contexto marcado por los efectos que generó el cierre parcial del Gobierno federal.
Trump propone un nuevo pago: “Un dividendo para el pueblo estadounidense”
“Se pagará un dividendo de 2.000 dólares por persona”, escribió Trump en su red social, asegurando que el beneficio no incluiría a los ciudadanos de altos ingresos.

Con su estilo característico, el mandatario defendió su política arancelaria al declarar: “¡Quienes se oponen a los aranceles son unos tontos!” y reiteró que los ingresos recaudados por los impuestos a las importaciones podrían destinarse directamente a las familias estadounidenses.
La iniciativa llega en medio de una fuerte disputa entre republicanos y demócratas por la reapertura del Gobierno y mientras se discuten las prioridades presupuestarias para el próximo año.
Nuevos cheques de estímulo: aranceles como fuente de financiamiento
La idea de que los ingresos por aranceles se utilicen para financiar pagos directos a los ciudadanos no es nueva en la administración Trump. Ya en agosto de 2025, el mandatario había afirmado que el país estaba recaudando “tanto dinero de las tarifas a otros países” que bien podría repartirlo entre el pueblo estadounidense.
Sin embargo, los expertos advierten que esos ingresos provienen en gran medida de las importaciones, y los costos terminan siendo absorbidos parcialmente por los consumidores a través de precios más altos.Esto genera debate sobre si los cheques de estímulo 2025 realmente aliviarían los bolsillos de los estadounidenses o si serían un reintegro simbólico de lo que ya pagan indirectamente por los aranceles.
El antecedente: los cheques de la pandemia
Trump fue el impulsor de dos de los tres cheques de estímulo económico distribuidos durante la crisis del Covid-19, los cuales buscaron reactivar el consumo y mitigar el impacto del desempleo. El tercer cheque fue implementado por la administración de Joe Biden al asumir el poder en 2021.
En esta ocasión, la propuesta se presenta bajo un nuevo enfoque: cheques de estímulo arancelarios, financiados no con fondos públicos tradicionales, sino con la recaudación de más de 220.000 millones de dólares provenientes de tarifas impuestas a productos extranjeros, según datos del Departamento del Tesoro.
División dentro del gabinete de Trump
Aunque la promesa generó entusiasmo en parte del electorado, no todos dentro del gobierno comparten el optimismo. El secretario del Tesoro, Scott Bessent, declaró en una entrevista que no existen propuestas formales para distribuir esos fondos.
Además, sugirió que los pagos podrían tomar distintas formas, como exenciones fiscales o compensaciones por pérdida de ingresos, en lugar de transferencias directas.













