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Según el sitio web de la Organización Mundial de la Salud (OMS), las enfermedades no transmisibles constituyen la causa predominante de fallecimiento y limitaciones físicas a nivel global. No obstante, afirman que gran cantidad de ellas pueden evitarse mediante la disminución de los elementos de riesgo habituales.

Por ese motivo, conoce qué es el síndrome compartimental crónico por ejercicio, cuáles son sus síntomas, cómo reducir los factores de riesgo y cuáles son los mejores tratamientos disponibles.

¿Qué es el síndrome compartimental crónico por ejercicio?

Según explica el portal sobre salud Mayo Clinic, el síndrome compartimental crónico por ejercicio es una condición médica que se presenta en atletas y personas activas, caracterizada por dolor y malestar en los músculos durante o después de la actividad física. Esta afección ocurre cuando la presión dentro de un compartimento muscular aumenta, lo que puede comprometer el flujo sanguíneo y causar daño a los tejidos.

Los síntomas incluyen dolor intenso, hinchazón y debilidad en la zona afectada, que suelen aliviarse con el reposo. El tratamiento puede variar desde cambios en la rutina de ejercicio hasta intervenciones quirúrgicas en casos severos, con el objetivo de aliviar la presión y mejorar la función muscular.

¿Cuáles son los síntomas del síndrome compartimental crónico por ejercicio?

Los síntomas de Síndrome compartimental crónico por ejercicio incluyen:

  • Dolor, ardor o calambres en un compartimiento de la extremidad afectada
  • Rigidez en la extremidad afectada
  • Entumecimiento u hormigueo en la extremidad afectada
  • Debilidad de la extremidad afectada
  • Caída del pie (en casos graves) si están afectadas las piernas
  • A veces, hinchazón o abultamiento como resultado de una hernia muscular

El dolor sigue este patrón:

  • Comienza de manera constante cierto tiempo después de empezar a ejercitar la extremidad afectada, o tras cierta distancia recorrida o cierta intensidad de ejercicio.
  • Empeora progresivamente mientras se ejercita.
  • Pierde intensidad o se detiene por completo dentro de los 15 minutos de suspender la actividad.
  • Con el tiempo, puede aumentar el tiempo de recuperación después de ejercitarse.

Dejar de hacer ejercicio por completo o solo hacer actividades de bajo impacto puede aliviar los síntomas, aunque suele ser un alivio temporal.

¿Cómo saber si una persona tiene síndrome compartimental crónico por ejercicio?

El diagnóstico del síndrome compartimental crónico por ejercicio comienza con un examen físico, donde el médico busca descartar otras causas de dolor, como fracturas por sobrecarga. A menudo, los resultados del examen son normales, por lo que el médico puede optar por evaluar al paciente después de realizar ejercicio, observando síntomas como protuberancias musculares o tensión en la zona afectada.

Si los estudios por imágenes, como la resonancia magnética, no revelan otras causas, se puede proceder a medir la presión en los compartimientos musculares. Esta medición, que se realiza antes y después del ejercicio, es la prueba estándar para confirmar el diagnóstico, aunque se evita debido a su naturaleza invasiva y dolorosa, a menos que haya indicios claros de la afección.

¿Cómo tratar el síndrome compartimental crónico por ejercicio?

Para tratar o prevenir el síndrome compartimental crónico por ejercicio, es fundamental considerar opciones no quirúrgicas al inicio. Estas pueden incluir el uso de analgésicos, fisioterapia, plantillas ortopédicas y masajes, así como un descanso adecuado de la actividad física que causa la afección. Cambiar la técnica de carrera también puede ser beneficioso, aunque estas medidas no garantizan resultados a largo plazo.

Las inyecciones de toxina botulínica A pueden ser una alternativa en el tratamiento, aunque se requiere más investigación para confirmar su efectividad. El médico puede utilizar inyecciones anestésicas para identificar la zona afectada y determinar la dosis adecuada de bótox, lo que podría ayudar a aliviar los síntomas.

Si las opciones no quirúrgicas no son efectivas, la fasciotomía es el tratamiento quirúrgico más eficaz. Este procedimiento consiste en cortar el tejido que recubre los compartimentos musculares para aliviar la presión. Aunque puede realizarse con incisiones pequeñas para reducir el tiempo de recuperación, la cirugía conlleva riesgos como infecciones y lesiones nerviosas y no siempre garantiza la eliminación completa de los síntomas.