

Un hallazgo arqueológico sin precedentes reaviva el interés mundial por una de las Siete Maravillas del mundo antiguo.
Un equipo franco-egipcio logró recuperar del mar Mediterráneo22 bloques monumentales del Faro de Alejandría, que habían permanecido sumergidos durante siglos en el puerto oriental de Egipto.
Las piezas serán utilizadas para crear un gemelo digital del icónico faro que alguna vez iluminó la ciudad fundada por Alejandro Magno.
Hallazgo histórico: recuperan restos del Faro de Alejandría
La operación estuvo a cargo de un equipo del Centre National de la Recherche Scientifique (CNRS), liderado por la arqueóloga Isabelle Hairy, en colaboración con el Ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto y la Fundación Dassault Systèmes, en el marco del ambicioso proyecto internacional PHAROS.

Entre los elementos extraídos hay dinteles, jambas, umbrales y losas de pavimento, con pesos que alcanzan entre 70.000 y 80.000 kilos cada uno. Estas piezas formaban parte de la entrada monumental del Faro, cuya arquitectura combinaba técnicas egipcias y griegas.
Los bloques fueron rescatados tras más de 30 años de investigaciones submarinas, iniciadas por el arqueólogo Jean-Yves Empereur, quien en los años 90 identificó los primeros vestigios del faro sumergido. Ahora, con nueva tecnología, el equipo logró recuperar las piezas más imponentes.
"Cada bloque será escaneado y analizado con precisión milimétrica para integrarlo al modelo digital", explicaron desde la Fundación Dassault Systèmes.
La fotogrametría 3D permitirá reconstruir el edificio de forma virtual, permitiendo futuras simulaciones científicas para estudiar su construcción, su diseño original y las causas de su colapso. El objetivo es crear una reconstrucción digital interactiva que permita visitar el Faro de Alejandría como si aún estuviera en pie.
El legado de una maravilla desaparecida
El Faro de Alejandría fue construido en el siglo III a. C. por orden de Ptolomeo I, alcanzando una altura de más de 100 metros, y guiando a los barcos a través de aguas peligrosas durante más de 1.600 años. Fue considerado el primer faro de gran escala de la humanidad, e incluso, el primer "rascacielos" del mundo antiguo.
Tras sufrir daños por terremotos entre 1303 y 1323, los restos del faro fueron utilizados como material de construcción para levantar la fortaleza de Qaitbay en 1477, ubicada sobre la antigua isla de Faros.
















