

Las escenas que se viven en estos días en el puerto de Buenos Aires parecen sacadas de una película de acción. Corridas, tiros, y el portón de una de las terminales portuarias arrancado con la ayuda de un auto y una cadena, reflejan las situaciones de zozobra que padece el principal enclave de contendores de la Argentina.
Trabajadores del Sindicato Unidos Portuarios Argentinos (SUPA) comandados por su secretario gremial, Diego Corvalán, hijo del secretario general del mismo gremio, Juan Corvalán, iniciaron las acciones de fuerza, tras una paritaria aún sin resolución.
El SUPA no forma parte de la Federación Marítima y Portuaria de la República Argentina (Fempinra) que ya cerró su paritaria en tiempo y forma. Ellos negocian por cuerda separada y pretenden un aumento aún mayor, aunque ello implique paralizar virtualmente el comercio exterior en contenedores del país.
Las protestas, que se iniciaron Terminales Río de la Plata, a cargo de los muelles 1, 2 y 3, luego se extendieron a APM Terminals, concesionaria del espigón 4, y a Bactssa, que gerencia la terminal 5.
Desde el Gobierno, el Ministerio de Trabajo trató de acercar a las partes por medio de propuestas salariales para los estibadores al tiempo que la Administración General de Puertos, como corresponde, radicó una denuncia penal contra los huelguistas, por su responsabilidad en el bloqueo del puerto y los incidentes de violencia.
En un momento, y con la necesidad de seguir operando, las terminales ingresaron trabajadores que no apoyaban el bloqueo del SUPA por medio de lanchas, las que, al ser descubiertas por los manifestantes, también fueron bloqueadas.
El Sindicato de Guincheros y Maquinistas de Grúas Móviles de la República Argentina (SGyMGMRA) repudió los hechos de violencia acaecidos en el puerto.
En un comunicado que lleva la firma de su secretario general, Roberto Coria, se denunció al SUPA por “convocar a marginales, vándalos, mezclándolos con sus trabajadores para impedir la entrada de trabajadores del resto de las organizaciones portuarias. Un clan familiar minoritario no puede imponer a la mayoría de la comunidad portuaria un esquema de violencia con serios riesgos de que el puerto de Buenos Aires sea considerado un puerto inviable dando argumentos inexactos de trasladar la carga nuestro puerto a la provincia de Buenos Aires .
El comunicado también señala que “el puerto sigue trabajando en esta difícil situación de la pandemia merced a la decisión de los trabajadores. No hay despidos, No hay suspensiones, y somos una actividad esencial en el marco del aislamiento, no solo desde el punto de vista económico, sino sanitario. Por el Puerto Federal recibimos equipos y enseres indispensables para afrontar la pandemia. Sólo queremos que se respeten nuestros derechos, nuestra personería, nuestra identidad y ratificamos que nosotros sólo realizamos nuestra tarea específica 100% guinchero, no ocupamos el puesto de otro .
Desde el fin de semana último, cuando se desató el conflicto, los buques comenzaron a juntarse en la rada de ingreso al puerto a la espera de la resolución del conflicto. Estas naves tienen un alto costo operativo diario, pero además, deben cumplir itinerarios en distintos puertos del mundo por lo que su retraso, genera un efecto logístico dominó de escala global.
Distintos sectores del comercio exterior consultados, coincidieron en resumir la problemática desde un doble enfoque: los trabajadores se manifiestan sin respetar las normas de distanciamiento social, con el riesgo que ello implica, y además piden un aumento de proporciones mientras en la mayoría de los rubros los sueldos se encuentran congelados, o con recortes, cuando no hay suspensiones de trabajadores.
“Las terminales, las líneas navieras, la Administración General de Puertos, y la Fempinra realizaron un gran esfuerzo para extender las concesiones portuarias en defensa de los puestos de trabajo. Pero poco tiempo después, una parte de los trabajadores agrupados en el SUPA bloquea las operaciones. Es un golpe duro a la credibilidad del sistema de cara a un comercio internacional cada vez más exigente y competitivo , dijo a Transport & Cargo un referente del transporte naviero de la Argentina.












