Dentro de una dieta que busca la pérdida de grasa, es común que retiren carbohidratos como el arroz, las papas, legumbres, entre otros alimentos. Sin embargo, hay un truco para lograr que estos productos sean más saludables y no eliminarlos de tu consumo diario.
Si bien ahora existen aceites más saludables que el típico de maíz, los nutricionistas no lo tienen en cuenta dentro de este método. Y es que la clave para dejar de subir de peso está en el consumo de almidón, el cual los humanos absorben rápidamente.
No se trata del aceite: la sustancia de los carbohidratos que aumenta de peso
Según Jesús Sanchís, dietista-nutricionista, profesor e investigador de la Universidad de Valencia y coautor del libro ‘Alimentación prebiótica', "el almidón es la manera en que las plantas guardan su energía".
Está formado por dos estructuras diferentes y cuando se cocina, el almidón "se hace muy biodisponible para los humanos". De esta manera, proporciona energía al cuerpo, aunque podría tener un impacto en el incremento de peso dependiendo de la cantidad y su preparación.
Se produce la gelatinización, en la que las enzimas lo digieren fácilmente y las células lo incorporan. Por ejemplo, el arroz, papas al horno o el trigo sarraceno poseen esta sustancia y el cuerpo la absorbe con rapidez.
El método para que las comidas sean más saludables
Sanchís explicó que cuando se enfrían los alimentos cambia "por completo la estructura" y el almidón entra en un proceso de "retrogradación" debido a que la amilosa se enrolla entre sí. De esta manera, el sistema digestivo no puede absorber este almidón resistente y las enzimas no pueden romperlo en sus unidades mínimas (glucosa).
Así, el almidón será fermentado por las bacterias, levaduras y hongos del intestino. "Ya no seremos nosotros, sino nuestros microbios intestinales los que se den todo un festín", remarcó el experto.
Los beneficios a la salud de este truco
Cuando se consume almidónresistente, este se convierten en una especie de fibra que funciona como un prebiótico y que alimentan a las bacterias beneficiosas de nuestro intestino. Posteriormente, fermenta y se crean gases y ácidos grasos de cadena corta, tal como propionato, butirato y acetato.
Entre estos ácidos, el butirato llama la atención por contribuir al funcionamiento del sistema inmune, a la vez que actúa como antitumoral y antiinflamatorio.
El hallazgo será clave en los casos de obesidad y sobrepeso, patologías relacionadas con la inflamación crónica de grado bajo, algo que es importante tratar. "Se puede conseguir aportando almidón resistente o fibra fermentable, que mejorará el sistema intestinal que tienen alterado", aseguró el dietista.
Cómo preparar la comida para que sea más saludable
Existen algunas recomendaciones antes de enfriar una comida que tenga almidón y así aprovechar todos sus beneficios para la salud:
- Enfriarlo en heladera, la temperatura óptima de retrogradación es de 4 a 5 °C
- Si se trata de papas o boniatos, cocinarlos al horno y con piel para que el almidón no pase al agua. Tampoco partirlo en trozos pequeños para que la superficie no quede expuesta
- En el caso de arroz (mejor si es de grano largo), avena o legumbres, hervirlos
- No comerlo frío. De acuerdo a un estudio de la BBC, es más eficiente cuando se recalienta esta comida que previamente enfriamos.
- Tratar de no pasarse de temperatura. Lo ideal es no llevarlo a más de 130 °C
- Evitarlo en personas con enfermedades intestinales.