El café es una de las infusiones más consumidas a nivel global, con una larga historia por detrás que abarca diferentes culturas. Millones de personas en el mundo disfrutan diariamente de esta bebida y la eligen tanto por su sabor como por sus efectos energizantes.
Para muchos, comenzar el día con una taza se revierte como una parte infaltable de la rutina que brinda un impulso necesario de energía. Sin embargo, hay quienes prefieren prescindir de él, ya sea por cuestiones de salud o porque encuentran en otras opciones la energía que necesitan para arrancar el día.
Según la ciencia, el café no es un gusto adquirido
La cafeína es el principal componente psicoactivo del café que puede provocar tolerancia, abstinencia y dependencia. Es por esto que el debate sobre el papel de esta bebida en la salud sigue vigente.
A partir de los impactos tanto positivos como negativos, una nueva investigación se centró en comprender las bases genéticas del consumo tan popular.
El estudio publicado en la revista Neuropsychopharmacology, llevado a cabo por un equipo de científicos de la Universidad de California en San Diego y otras instituciones, reveló una asociación directa entre el consumo de café y los hallazgos de un análisis de asociación de todo el genoma (GWAS).
Usaron datos de 130.153 personas y analizaron cientos de biomarcadores, rasgos de salud y estilo de vida. Luego, compararon sus hallazgos con el estudio de genoma más grande disponible sobre el consumo de café realizado por el Biobanco del Reino Unido, que incluyó a 334,659 participantes.
En el informe, los investigadores explicaron que "la idea era hacer conexiones entre los genes que se sabía que estaban asociados con el consumo de café y los rasgos o condiciones relacionados con la salud. Usamos estos datos para identificar regiones del genoma asociadas con la mayor o menor probabilidad de que alguien consuma café. Y luego identificamos los genes y la biología que podrían estar detrás del consumo de café".
Descubrimiento: la conexión genética con el consumo de café
Luego de analizar los datos, los investigadores encontraron una conexión calara entre algunas variaciones genéticas y el consumo de café. Por ejemplo, la variante PDSS2 está relacionada con cómo el cuerpo metaboliza la cafeína y los hábitos de consumo del café. Sin embargo, algunas variantes estaban vinculadas con un mayor riesgo de obesidad y problemas en el abuso de sustancias.
Abraham Palmer, coautor del estudio y profesor del Departamento de Psiquiatría de la facultad de Medicina de la UC San Diego, detalló que "teníamos buenas razones para sospechar, a partir de artículos anteriores, que había genes que influyen en la cantidad de café que consume una persona".
"Por eso no nos sorprendió encontrar que en ambas cohortes que examinamos había evidencia estadística de que se trata de un rasgo hereditario. En otras palabras, las variantes genéticas particulares que heredas de tus padres influyen en la cantidad de café que es probable que consumas", concluyó.
Por lo tanto, la predisposición al consumo de café está directamente relacionada con los hábitos y gustos de los padres. Este hallazgo ayuda a comprender mejor que el uso de esta bebida no es solo una elección, sino que hay una base biológica más profunda.
Es importante destacar que los hallazgos son asociativos y se fundamentan en gran medida en los datos proporcionados por los participantes. Sin embargo, el estudio plantea a un vínculo entre el ADN y el consumo de café y abre la puerta a futuras investigaciones sobre el tema.