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El emprendimiento surgió en 2017 luego de un largo proceso de investigación e inversiones con la pretensión de convertir desechos plásticos en un producto sustentable y que no genere ningún tipo de residuo. Es allí que Malcolm Rendle introduce la idea de las gafas, según él son un símbolo para "ver las cosas de otra manera",un producto que cumple un ciclo de reciclaje casi perfecto.
"En 2015 me fui a vivir un tiempo a Europa y en mi casa tenía cinco tachos de colores diferentes, cada uno era para desechos diferentes", detalló Rendle. Ese fue el momento en el que comenzó a sentir cierta curiosidad hacia el reciclado de los productos y, sobre todas las cosas, en que cosas se podía transformar el plástico.
"Cuando comencé con Bond, no entendía nada sobre el mundo del reciclaje, tampoco de las gafas, pero comprendía que era mi manera de aportar a ese cambio que buscaba" recordó.
El emprendimiento comenzó con una máquina 3D que tardaba 45 minutos en imprimir un solo par de lentes. "La máquina funcionaba 20 horas por día, con un ruido similar a la conexión dial-up" aseguró.
En 2018 lanzó su primer publicidad online y vio que el producto era aceptado por el público, por lo que se hizo un lugar en el centro comercial de San Isidro. "Había proyectado una producción para seis meses (que era el tiempo que duraba el contrato con el centro comercial), pero en un mes vendí la producción equivalente a cuatro y al mes siguiente me quedé sin stock", comentó.
En 2019 el proyecto comenzó con una inversión de u$s 20.000 para el desarrollo, la producción y el testeo del mercado. Esto derivó en el arribo del actual socio de Malcolm Rendle que inyectó u$s 180.000 para mejorar procesos, capital de trabajo, estructura y marketing. En 2020 abrieron sus nuevas oficinas en San Isidro, y consiguieron expandirse en todo el país al establecer revendedores en 19 provincias, en más de 100 ópticas de cada una de ellas.
"El año 2019 me sirvió mucho para capacitarme más sobre el proceso del reciclaje, algo que creía que tenía dominado, pero sólo conocía la mitad del mismo" explicó Rendle, al mencionar su aprendizaje, una clave para su conocimiento sobre el proceso de producción de los lentes. En ese tiempo se interiorizó en la producción de matrices para los productos, la división de los diferentes tipos de plásticos y la reutilización de los filamentos que genera la fundición de los plásticos.
PANDEMIA Y EXPANSIÓN
"Te puedo decir, una vez que finalizó el año, que fue un éxito, aunque al principio todo era incertidumbre", marcó el empresario sobre el pandémico año 2020. Aunque Bond frenó sus actividades presenciales, como todas las empresas, encontró en la virtualidad la continuidad y la expansión mundial de la marca. Uruguay, Chile, Panamá, Costa Rica son algunos de los países a los que ya llegó.
También en cuestiones de productos fue un año provechoso. En 2020, lanzó el terrazo sustentable, material que reemplaza al mármol por todo tipo de plásticos triturados para ser utilizado como revestimiento de paredes, mesadas y pisos. "La política de la empresa es, y será, no generar ninguna clase de desperdicios. En esa línea creamos la línea de decoración y construcción".
PAgAR con plástico
Todo comienza con la recolección de residuos en la vera del Río de la Plata, proceso que logró recolectar 35.000 kilos de plástico hasta la actualidad. Pero no es la única fuente de desechos que logró juntar para la producción: Rendle reveló que el emprendimiento recibe plástico en sus puntos de venta y los acepta como parte de pago para sus productos. "La gente que compra en el local es parte del proceso productivo porque instalamos el sistema Pagá con plástico, en el que donan 1 kilo de plástico y se le realiza un 2% de descuento sobre el producto, algo que remarca la esencia original de nuestra empresa" aseguró el emprendedor.
Lo que viene es el lanzamiento de una línea llamada "Bond Wear", otro producto con material 100% reciclado que busca instalar a la empresa en la industria de la indumentaria.
PROYECCIÓN Y PREVISIÓN
Si bien Bond hoy es una empresa que está instalada en diferentes puntos del mapa, la meta de su creador es que siga creciendo. "Siempre es tentador pensar en franquiciar, pero a nosotros no nos desvela esa idea. Lo que buscamos es que se mantenga la esencia de Bond, que cuando alguien va a comprar, el que atienda le deje a esa persona un aprendizaje en cuestión de reciclaje, que no sólo se lleve un producto de calidad" aseveró Rendle.
"Nuestra idea es que comprendamos que estamos realizando un producto de Argentina, con plástico generado en el país. Algo que en otro momento era impensado, hoy en Bond lo hacemos una realidad" afirmó el creador de la empresa que ofrece 160 modelos en su catálogo y que esta temporada busca sumar nuevos estilos y colores.
Para este año, Rendle busca expandir la cantidad de plástico recolectado, algo que tuvo su tope en 2020 pero quiere superar en este año. "El año pasado tuvimos un récord de plástico recolectado, pero queremos que la gente siga participando de esto y no buscamos quedarnos sólo con el material que producimos nosotros. El objetivo es colaborar con el medioambiente y que el usuario esté bien informado sobre lo que es el verdadero reciclaje" concluyó.
Desde sus inicios en esta industria, Rendle comprendió que lo que mueve a su empresa es la concientización y no sólo que sea bien recibido por su estética. El core de Bond reside en que el consumidor comprenda cómo está hecho ese producto que adquirió, que sepa que está contribuyendo a la no contaminación, pero sobre todas las cosas, que está aportando su "granito de arena".
