Hoy la mayoría automática del Congreso de la Nación seguramente aprobará una ley, que desde nuestro punto de vista no es en absoluto constitucional. Esto incluso es mucho peor a lo ocurrido con aquella ley exprés de traspaso de una función no transferida por la Constitución como los subtes, acá se pretende legislar sobre depósitos que sí fueron transferidos y forman parte del régimen de autonomía de la ciudad y del banco, que es su agente financiero. No puede el Congreso apropiarse de funciones transferidas sin acordar con la Legislatura local, y lo mismo pasaría con cualquiera de las provincias argentinas.
Es cierto que la ley que en 1965 pasó los depósitos judiciales al Banco Ciudad fue una ley del Congreso Nacional, pero en ese momento el Congreso actuaba también como legislatura local, porque todavía la Ciudad de Buenos Aires no era autónoma. Desde que la ciudad es autónoma, es decir, desde que la Constitución de 1994 fue sancionada y reglamentada en este punto por la llamada Ley Cafiero, y como el Estado Nacional no hizo ninguna reserva específica en materia de depósitos judiciales, para hacer el traspaso se necesita acuerdo entre la Nación y la Ciudad. Es por esto, que la Ciudad, el Banco, sus empleados y todo aquel que se sienta perjudicado por una ley inconstitucional, podrá hacer una presentación ante la justicia para que vele por sus derechos. Es así que la lucha no culmina hoy, sino que recién empieza.
Sin perjuicio de la pelea judicial, el banco va a tener que prepararse para enfrentar momentos menos favorables. A pesar de que las ganancias de los últimos años garantizan la solvencia y que el manejo prudente garantizan la liquidez, la vigencia de la ley nos obligará a que el Banco Ciudad que conocemos hoy deje su lugar a uno nuevo, distinto, posiblemente más parecido a los demás bancos. Los más perjudicados serán nuestros clientes, los actuales y los potenciales, porque tendremos que subir las tasas de interés, tendremos que acortar los plazos de los créditos, tendremos que rediseñar las fuentes de fondeo. También habrá perjudicados en la justicia, entre otros motivos porque tendrán que retrotraer los procesos de operatoria judicial bancaria a los sistemas que se usaban hace 10, habrá perjudicados en los potenciales empleados, dado que difícilmente podamos seguir tomando, como cada año, a los mejores alumnos de los colegios públicos de la ciudad.
No creo que haya muchos beneficiados, pero si habrá muchos perjudicados. Con la ley que sancionarán hoy habrán dañado la posibilidad de que un banco de 134 años, modelo de banca pública, siga brindando día a día igualdad de oportunidades para los que más lo necesitan.