Rogelio Frigerio, legislador PRO por la Ciudad, economista.

Década K: la pérdida de la institucionalidad

Frigerio-Rogelio CaraPor Rogelio Frigerio. Legislador PRO por la Ciudad, economista. Especial para Cronista.com

Si analizamos los principales problemas que afectaron al país en esta última década seguramente pensemos en cuestiones estrictamente económicas, probablemente porque es lo que afecta de manera más directa a las personas en el día a día. Sin embargo, a nuestro entender, estos aspectos de la realidad económica son solo las consecuencias de un problema mayor, que se agudiza en la década K y que podemos sintetizarlo en la creciente pérdida de institucionalidad.

El avasallamiento a las instituciones de la República se hizo presente en innumerables casos, tales como la reforma de la Carta Orgánica del Banco Central y la conformación del mismo como la caja del ejecutivo, la violación del sistema de estadísticas oficiales y la consecuente pérdida de su credibilidad, o, más recientemente, la pretendida "democratización de la justicia" en un contexto donde los escándalos de corrupción en la gestión pública han ocupado el centro del debate político.

Esta falta de respeto a las normas, en conjunto con el desprecio por las reglas más básicas de una economía propia de las sociedades modernas, condujo a profundizar las falencias del modelo al punto tal de hacer desaparecer sus dos pilares básicos, el dólar competitivo y el superávit fiscal y externo.

Lo más preocupante, sin embargo, es la falta de reacción que mostró el gobierno ante la aparición de los distintos problemas. Esta actitud de negar constantemente la verdad convierte al modelo en una ficción que genera un divorcio entre la realidad del día a día y la agenda pública del gobierno.

El lema del "vamos por todo" ilustra de manera perfecta las medidas tomadas en esta última década, aunque con ellas se lleven puesta a la prensa libre, a la justicia independiente y a las instituciones. Es ahí donde radica el desafío político de cara al futuro, que ya no va a recaer solo en la responsabilidad de la oposición, sino de la sociedad toda.

 

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