Después del duro y tenso conflicto gremial que duró más de cinco meses el año pasado, la industria del neumático volverá a parar totalmente hoy. Será desde el mediodía, con una concentración en el Obelisco. Las organizaciones de Unidad Piquetera ya anticiparon que se sumarán a la movilización que encabezará el Sindicato Único de Trabajadores del Neumático Argentino (Sutna).
La protesta paralizará la producción de las tres grandes fábricas del país:Bridgestone, Fate y Pirelli. El motivo es la "criminalización" de la acción gremial, luego de la denuncia penal que ejecutivos de Bridgestone presentaron en la Justicia de Lomas de Zamora contra el secretario general del gremio, Alejandro Crespo, por amenazas verbales y coacción.
Pero la movilización, además, coincide con el inicio de la discusión por las nuevas paritarias del sector. De hecho, desde el sábado, ya se realizaron asambleas en las tres plantas, antes del cónclave general que se realizará el jueves 22, en el predio del Sutna, en Pilar.
"Fuera las denuncias penales de las negociaciones colectivas. No a la criminalización de los reclamos obreros", es la consigna más reciente con la que convocó el Sutna.
El sindicato mantiene desde inicios de año una nueva disputa con Bridgestone, filial del mayor fabricante de cubiertas del mundo. Catalizadas por distintas razones, en las últimas semanas, la discusión se redujo a un presunto "hostigamiento" que el Sutna denunció por parte de la empresa. Días atrás, durante una audiencia en la departamental de Lomas de Zamora del Ministerio de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires, Crespo profirió, frente a testigos, amenazas al gerente de la planta que Bridgestone tiene en Llavallol. Por tal razón, se le inició una causa penal por la que fue citado a declarar hace dos semanas.
"Separamos lo gremial de lo delictivo", aclaró la compañía, que, en audiencias en el Ministerio de Trabajo de la Nación, también consignó otras fechorías -agresiones y robos- que su personal jerárquico sufrió en las adyacencias de la ex Firestone.
Crespo -hombre alineado con el Polo Obrero- pidió la nulidad de la causa. No obstante, la empuñó como bandera de su lucha sindical. Recibió rápidas adhesiones de otras entidades políticas y sindicales, y el respaldo de dirigentes como Pablo Moyano (Camioneros) y Mario "Paco" Manrique, el beligerante aspirante a suceder a Ricardo Pignanelli en el poderoso Smata, el sindicato de mecánicos. Manrique fue quien, hace dos meses, proclamó que se debía "prender fuego a los que están en el Llao Llao", en alusión a los empresarios que, en esos días, realizaban en Bariloche su cumbre anual.
El año pasado, la industria del neumático ingresó al conflicto en mayo con una producción promedio de 1 millón de cubiertas mensuales. Los paros sucesivos en distintos turnos -el sector trabaja 24x7- le costó, como mínimo, el 50% de ese volumen.
La puja detonó por la revisión del acuerdo paritario 2021-2022, que vencía en junio del año pasado. Las empresas proponían pagar 16 puntos adicionales al ajuste original (50%) y conceder un bono extraordinario, con tope y sujeto a condiciones como presentismo y productividad. El Sutna rechazó el porcentaje por insuficiente y, en vez de un bono, exigía el pago al 200% de las horas trabajadas en fines de semana. Lo convirtió en la principal bandera de su lucha.
En la última semana de septiembre, los paros y bloqueos frente a las plantas llevaron a la suspensión total de la producción de neumáticos. Como consecuencia, días después, dos de las mayores fabricantes y exportadoras de la industria automotriz, Ford y Toyota, también debieron clavar los frenos. Hubo paz tras picos de tensión, con declaraciones cruzadas entre Crespo y Sergio Massa y una nueva audiencia en el Ministerio de Trabajo que culminó con la toma del edificio (Callao al 100) por parte del sindicalista y su séquito durante 24 horas.
Crespo salió triunfal, con un acuerdo que mejoró en 16% la paritaria anterior (lo mismo que habían propuesto las empresas). Pero, en vez del 200% en las horas de sábado y domingo, aceptó una serie de recomposiciones, con sumas fijas y ajustes graduales hasta marzo, cuando los sueldos del sector pasaron a activar una cláusula automática por el Índice de Precios al Consumidor (IPC) del Indec.
Esto, celebró el sindicato, le garantizó a cada operario un mínimo de 10% por encima de inflación.
Ahora, se calienta el clima de cara a la nueva paritaria (la actual vence el 30 de junio). Con la complejidad, además, de que cada empresa tiene su propio convenio y con características distintas. Allí, también, radica una de las razones del reciente conflicto con Bridgestone.
Como Fate y Pirelli, tiene un bono por productividad. Pero es la única que, también, paga, desde hace 15 años, una retribución anual en concepto de reparto de ganancias. Este año, cada uno de sus 1300 operarios cobrará $ 1,2 millones, ligeramente por encima del poco menos de $ 1 millón percibido en 2022.
Bridgestone explicó que, de no haber sufrido la pérdida de producción que hubo por el conflicto, habrían cobrado más. El año pasado, de hecho, la planta llegó a tener niveles de productividad inferiores a los de 2019, con 350 personas más, tomadas a inicios de 2022 para crecer 40% en producción.