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Una revolucionaria investigación publicada en la prestigiosa revista Nature Aging ha puesto de manifiesto un determinante de salud cognitiva sorprendente: el multilingüismo. El estudio, con participación de investigadores españoles, establece una clara conexión entre el uso habitual de más de una lengua y un riesgo significativamente menor de sufrir un envejecimiento acelerado.
Las personas monolingües mostraron tener más del doble de probabilidades (2,11 veces) de experimentar un deterioro biológico más rápido de lo esperado. Por el contrario, quienes que manejan al menos un idioma adicional tienen 2,17 veces menos probabilidades de padecer este envejecimiento acelerado, lo que posiciona al multilingüismo como un poderoso escudo para la salud cerebral y física.
La ciencia descubrió el verdadero secreto para retrasar el envejecimiento
Según el Centro Vasco de Cognición, Cerebro y Lenguaje (BCBL), coautor del artículo, cuantas más lenguas se hablen, mayor es la protección contra el deterioro cognitivo asociado a la edad. El Dr. Agustín Ibáñez, del Trinity College de Dublin, subraya que el impacto de este hallazgo en el envejecimiento saludable es “muy relevante”, trascendiendo el valor cultural y comunicativo para convertirse en un factor de salud pública de primer orden.
Los beneficios acerca del multilenguaje observados en el estudio son comparables, y en algunos casos incluso superiores, a los reportados en análisis poblacionales sobre hábitos como el ejercicio físico o la dieta.
Los investigadores creen que el efecto protector del multilingüismo se debe a la convergencia de, al menos, tres vías cruciales en el organismo:
- Vía biológica: se relaciona con la neuroplasticidad y la eficiencia de las redes cerebrales
- Vía cognitiva: radica en el entrenamiento crónico de funciones ejecutivas, como la atención y la memoria de trabajo, lo que genera una mayor reserva cognitiva
- Vía social: donde una mayor participación e integración social reduce los niveles de estrés crónico (carga alostática).
Estos mecanismos, según el Dr. Ibáñez, no solo benefician al cerebro, sino que se traducen en ventajas sistémicas para todo el cuerpo.
Cómo fue el descubrimiento
Este nuevo estudio aporta “pruebas sólidas” y un rigor científico sin precedentes, analizando datos de 86.149 personas con edades entre 51 y 90 años en 27 países europeos. Para lograr esta conclusión, el equipo empleó avanzados modelos de Inteligencia Artificial que fueron entrenados con miles de perfiles de salud y comportamiento.
Esto permitió estimar la edad biológica de los participantes y calcular la Brecha de Edad Bioconductual (BBAG). Un valor de BBAG negativo, que indica un envejecimiento saludable y retardado, fue el patrón dominante en la población multilingüe, demostrando que hablar más de un idioma funciona como un factor protector fundamental.















