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¿Te sientes más irritable, agotado o con la mente acelerada? Tal vez no se trata solo del estrés diario, sino de ciertos hábitos que repites sin darte cuenta y que, poco a poco, están alimentando tu ansiedad.

Desde cómo inicias el día, hasta lo que comes, piensas o haces antes de dormir... todo suma. Lo peor es que muchos de estos comportamientos parecen "normales", pero tienen un fuerte impacto en tu salud mental.

Aquí te mostramos 10 hábitos que podrían estar elevando tu ansiedad y qué podrías hacer para contrarrestar sus efectos:

1. Decir "sí" a todo

Ser siempre complaciente puede parecer amable, pero asumir demasiadas responsabilidades te sobrecarga mentalmente y eleva tus niveles de estrés.
Qué hacer: Aprende a decir "no" y pon límites. No eres egoísta por priorizarte.

2. Vivir pegado al celular

Pasar horas en redes sociales puede disparar comparaciones, pensamientos negativos y ansiedad.
Qué hacer: Limita el tiempo frente a la pantalla y sigue cuentas que te inspiren paz.

3. Revisar el teléfono apenas despiertas

Al hacerlo, tu cerebro entra en "modo alerta" desde el primer segundo del día.
Qué hacer: Comienza tu mañana con calma: respira, estira o medita unos minutos.

4. Fingir estar bien todo el tiempo

Ocultar emociones bajo una máscara de perfección solo acumula tensión interna.
Qué hacer: Permítete sentir. Ser vulnerable también es parte de sanar.

5. No tener una rutina nocturna

Dormir mal o con pensamientos dando vueltas empeora la ansiedad nocturna.
Qué hacer:Apaga pantallas, crea una rutina relajante y respeta tus horarios.

6. Abusar del café o saltarte comidas

La cafeína en exceso acelera el corazón y altera tu sistema nervioso, y no comer desbalancea tu energía.
Qué hacer: Modera el café, come a tus horas y opta por snacks saludables.

7. Preocuparte por todo lo que aún no pasa

Estar en modo "¿y si...?" constante te desgasta mentalmente.
Qué hacer: Practica el aquí y ahora. La atención plena ayuda más de lo que imaginas.

8. No mover el cuerpo

El sedentarismo afecta tanto a tu salud física como emocional.
Qué hacer:Camina, sube escaleras o baila tu canción favorita. El movimiento es un ansiolítico natural.

9. Pasar días sin sol ni aire libre

Estar encerrado afecta tus ritmos biológicos y tu estado de ánimo.
Qué hacer: Sal aunque sea unos minutos. Luz natural y aire fresco hacen maravillas.

10. Descuidar tu hidratación y alimentación

Malos hábitos alimenticios y poca agua también alteran tu estado emocional.
Qué hacer:Come de forma balanceada y toma suficiente agua a lo largo del día.

La ansiedad no siempre aparece de golpe. Muchas veces se acumula en forma de rutinas invisibles que parecen normales, pero no lo son. La buena noticia es que puedes cambiar tus hábitos poco a poco, y eso tendrá un gran impacto en cómo te sientes.