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La elección de Robert Prevost como Papa León XIV ha llamado la atención por su estilo cercano y afable y por su historial como un líder religioso profundamente comprometido con las causas sociales. Durante su etapa como obispo en Perú, demostró una sensibilidad única ante las problemáticas locales, dejando una huella duradera en comunidades vulnerables.

El paso de Robert Prevost por Chiclayo, en el norte del país sudamericano, lo consolidó como un referente espiritual y un gestor eficaz y solidario.

Robert Prevost fue clave en la atención social durante la pandemia en Chiclayo

Durante los ocho años que Robert Prevost estuvo al frente de la Diócesis de Chiclayo, su rostro se volvió familiar entre los habitantes. Es recordado por su constante presencia en parroquias, colegios e instituciones, y su involucramiento directo en situaciones de crisis. Una de las más recordadas fue la emergencia sanitaria provocada por el COVID-19, cuando la escasez de oxígeno causó estragos en los hospitales peruanos.

Robert Prevost en Perú tuvo un rol clave durante la pandemia de Covid-19. Foto: archivo.

José Alejandro Castillo, secretario general de Cáritas Chiclayo, rememoró a EFE cómo el actual Papa León XIV impulsó una ambiciosa campaña virtual para instalar una planta de oxígeno en plena pandemia. El proyecto fue exitoso y logró levantar dos plantas que operaron sin descanso, salvando vidas en medio del caos. Las largas filas frente a Cáritas daban testimonio de la desesperación de cientos de chiclayanos, que encontraron en esa iniciativa una esperanza real.

Prevost supo tejer alianzas estratégicas con instituciones públicas y privadas, gestionando recursos y apoyo logístico que permitieron concretar este proyecto vital. Su sensibilidad ante el sufrimiento humano se tradujo en acciones concretas que marcaron una diferencia tangible en la región.

Robert Francis Prevost, ahora Papa León XIV, en su paso por Sudamérica. Foto: archivo.

El vínculo del futuro Papa con las Fuerzas Armadas y su labor humanitaria

Además de su lucha contra la pandemia, León XIV demostró una habilidad notable para movilizar apoyos durante desastres naturales. En 2017, tras las devastadoras inundaciones ocasionadas por el Fenómeno de El Niño, Prevost se puso al frente de una cruzada para brindar alojamiento a las personas damnificadas. Con apoyo de las Fuerzas Armadas peruanas, logró construir módulos de vivienda en zonas afectadas, devolviendo algo de estabilidad a quienes lo habían perdido todo.

Una imagen del entonces obispo, enfundado en botas de hule y rodeado por un mar de lodo, se volvió viral como símbolo de su entrega y compromiso. Esta colaboración entre Iglesia y Ejército fue fundamental para una respuesta rápida y organizada en momentos críticos.

El papa León XIV tuvo un rol clave en la comunidad de Chiclayo, en Perú. Foto: archivo.Fuente: REUTERSYara Nardi

Otra de sus prioridades fue la atención a la migración venezolana. Bajo su liderazgo, se promovieron programas de asistencia y regularización para personas en tránsito y familias que decidieron asentarse en Chiclayo. Con el respaldo de Cáritas y otras organizaciones, se brindaron acompañamiento jurídico, asesoría laboral y apoyo emocional, mostrando una Iglesia activa ante la realidad migratoria del continente.

El legado de Papa León XIV en Perú es recordado con cariño por quienes convivieron con él. Su sensibilidad, capacidad de gestión y cercanía con la gente hicieron de su obispado una etapa de transformación profunda. Ahora, desde el Vaticano, esa misma visión parece estar inspirando una nueva etapa para la Iglesia católica.