

La reconocida cadena de supermercados Kroger anunció el cierre definitivo de 60 sucursales en diferentes puntos de Estados Unidos.
La noticia cayó como un balde de agua fría para millones de consumidores fieles, especialmente en zonas donde esta marca representa uno de los principales abastecedores de alimentos.
Esta decisión se atribuye a un bajo rendimiento financiero y a un cambio en la estrategia operativa, orientado a redirigir recursos hacia regiones con mayor rentabilidad.
Sin embargo, la medida plantea más interrogantes que certezas: ¿podría tratarse de una antesala a una eventual quiebra? ¿Cuál será el destino de los empleados afectados?

El cierre será progresivo y comenzará en Texas
Según un comunicado oficial difundido en junio, los cierres se efectuarán de manera escalonada durante los próximos 18 meses. La primera fase arrancará en el estado de Texas, donde ya se comenzaron a notificar a clientes y trabajadores.
"Estamos adaptando nuestras operaciones para responder a los desafíos del mercado actual", señaló un portavoz de la empresa.
El cierre afecta a supermercados que, según Kroger, "no alcanzaban el rendimiento necesario para sostenerse en el mediano plazo", lo que abre el debate sobre el futuro del comercio minorista tradicional en un contexto de inflación y digitalización.

¿Kroger en bancarrota? Esto es lo que se sabe
Aunque algunos usuarios especulan sobre una posible quiebra o reestructuración financiera, por ahora la empresa no hizo declaraciones que apunten en esa dirección. De hecho, continúa cotizando en bolsa y mantiene operaciones en otros estados con buenos márgenes de ganancia.
El temor, sin embargo, crece entre los trabajadores que aún no tienen claridad sobre posibles reubicaciones o despidos.
¿Qué pasará con los trabajadores de Kroger?
Uno de los puntos más sensibles del anuncio es el destino de los empleados afectados. La compañía aún no especificó si habrá programas de reubicación, compensación o retiros voluntarios.















