En las primeras horas de este lunes 21 de abril de 2025, el cardenal Kevin Joseph Farrell se convirtió en la figura central del Vaticano después de anunciar oficialmente el fallecimiento del Papa Francisco a los 88 años.
Como Camarlengo este discreto, pero influyente cardenal irlandés asume ahora la enorme responsabilidad de administrar los asuntos temporales de laSanta Sede durante el período conocido como "sede vacante", hasta que un nuevo pontífice sea elegido.
De Dublín hasta el Vaticano: así fue la trayectoria de Kevin Joseph Farrell
Kevin Joseph Farrell nació el 2 de septiembre de 1947 en Dublín, Irlanda, en el seno de una familia católica con cuatro hijos. Su camino religioso comenzó con el noviciado en los Legionarios de Cristo, completando posteriormente estudios de Filosofía y Teología entre España e Italia.
Fue ordenado sacerdote en Roma el 24 de diciembre de 1978, un hito que marcaría el inicio de una carrera eclesiástica diversa y con múltiples facetas.
Su trayectoria incluye un importante período en la Universidad de México, donde se dedicó a la difusión de la bioética y la ética social. También desempeñó el cargo de administrador general de la Legión de Cristo, supervisando escuelas católicas en Italia, España e Irlanda.
Más tarde se trasladó a Estados Unidos, donde desarrolló una extensa carrera sacerdotal y estableció fuertes vínculos con la comunidad hispana, a menudo oficiando misas en español y abordando problemas relacionados con los inmigrantes.
El poder del Camarlengo: sus funciones críticas en la transición papal
Como Camarlengo, cargo que el Papa Francisco le otorgó en 2019, Farrell asume ahora responsabilidades cruciales para la continuidad de la Santa Sede.
Entre sus principales funciones está la verificación oficial del fallecimiento del pontífice, el sellado de sus aposentos y la convocatoria del Colegio de Cardenales para organizar el cónclave que elegirá el sucesor.
A sus 77 años, este cardenal irlandés se convierte en el guardián temporal de los bienes y derechos de la Santa Sede, con autoridad para gestionar las finanzas vaticanas durante este período de transición.
Durante las recientes complicaciones de salud del Papa Francisco, Farrell ya contaba con una carta de renuncia firmada por el pontífice para casos de incapacidad permanente, lo que demuestra el alto nivel de confianza depositado en él.