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Un hallazgo reciente volvió a despertar el interés mundial por una de las construcciones más emblemáticas del mundo antiguo. Durante una serie de trabajos arqueológicos programados, investigadores detectaron piezas monumentales que pertenecieron a una de las 7 maravillas, y no son las Pirámides de Egipto.

El descubrimiento se llevó a cabo en el puerto oriental de Alejandría, donde los bloques encontrados parecían fragmentos aislados. Sin embargo, su arquitectura sugería un origen muy específico y la identificación fue precisa para resolver cualquier tipo de duda al respecto.

Las dimensiones extraordinarias y las características estructurales de los bloques permitieron vincularlos, con cautela inicial, a una de las maravillas más imponentes del mundo antiguo.

Hallazgo del Faro de Alejandría y recuperación de sus restos

Los arqueólogos lograron extraer 22 bloques monumentales que pertenecieron a la entrada del Faro de Alejandría, una de las siete maravillas del mundo antiguo. Estas piezas, que pesan entre 70 y 80 toneladas, incluyen dinteles, jambas, umbrales y losas de pavimento que permanecieron sumergidos durante siglos. Su recuperación forma parte del proyecto PHAROS, una colaboración entre el CNRS de Francia, el Ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto y la Fundación Dassault Systèmes.

Una representación de lo que fue el Faro de Alejandría antes de su destrucción. (Foto: Shutterstock)Fuente: ShutterstockShutterstock

El faro, construido en el siglo III a. C. durante el reinado de Ptolomeo II, se mantuvo en pie más de mil años hasta su destrucción por una serie de terremotos entre los siglos XIII y XIV.

Parte de sus restos fueron reutilizados en la construcción de la ciudadela de Qaitbay, pero otros permanecieron bajo el agua hasta hoy. Las investigaciones recientes que dieron con una nueva recuperación arqueológica, han permitido avanzar en el estudio arquitectónico de la entrada original, que combinaba técnicas egipcias y griegas.

Reconstrucción digital del Faro de Alejandría y avances tecnológicos

De acuerdo a la información que han proporcionados los investigadores y especialistas, las piezas extraídas serán escaneadas en alta resolución para crear un modelo digital completo del faro. Esta etapa incluye fotogrametría y reconstrucción tridimensional, y permitirá integrar los fragmentos recientemente recuperados con más de un centenar ya analizados en investigaciones previas. Este proceso busca obtener un “gemelo digital” que refleje con precisión el diseño de la estructura.

Desde hace décadas, arqueólogos e historiadores recopilan descripciones antiguas, monedas, representaciones y estudios previos, como los más de 3,300 objetos documentados en 1994. Con los nuevos avances tecnológicos, la reconstrucción digital se vuelve una herramienta fundamental para comprender cómo fue la maravilla perdida y cuáles pudieron ser las causas de su colapso.