Este lunes 21 de abril, se confirmó el fallecimiento del Papa Francisco a las 7:35 (hora de Italia) en su residencia de la Casa Santa Marta, en el Vaticano, según informó el cardenal Kevin Joseph Farrell,camarlengo de la Sede Apostólica.
Bajo este contexto, y en medio de la enorme conmoción, resurge a nivel mundial la preocupación por la aparente deuda millonaria que tendría el Vaticano, y qué pasaría con ella ahora con la defunción del Pontífice.
Murió el Papa Francisco: la deuda del Vaticano que queda pendiente y preocupa a todos con su partida
En una carta publicada el pasado septiembre de 2024 por el Vaticano, el papa explica que durante años se ha podido tener "una mayor conciencia" de que los recursos económicos al servicio de la Iglesia católica "son limitados y deben gestionarse con rigor y seriedad para que no se desperdicien los esfuerzos de quienes han contribuido al patrimonio de la Santa Sede".
Según el balance de las cuentas de 2023 realizado por el diario "La Repubblica", el déficit operativo fue de 83 millones de euros, es decir, cinco millones más que el año anterior. Esto se atribuye a varios factores, siendo los siguientes tres los que resaltan por sobre el resto:
- Disminución de donaciones: Las contribuciones de los fieles y de las iglesias más ricas como las de Estados Unidos, Alemania, Italia, España y Corea del Sur han disminuido en los últimos años.
- Gastos operativos elevados: El mantenimiento de la Curia y otros organismos de la Santa Sede ha generado costos significativos.
- Fondo de pensiones deficitario: El sistema actual no garantiza el cumplimiento de las obligaciones de pensión para las generaciones futuras, con un déficit que podría alcanzar los 1.000 millones de euros.
Las medidas del pontífice ante la deuda
Para enfrentar el déficit en las finanzas del Vaticano, el Papa Francisco implementó diversas medidas de austeridad y reformas estructurales. Entre ellas, redujo los salarios de los cardenales de la Curia romana, eliminando bonos adicionales, lo que representó un ahorro anual de aproximadamente 180.000 euros.
Además, creó la "Comisión de Donaciones para la Santa Sede", con el objetivo de mejorar la gestión de los recursos y combatir la deuda.
En una carta dirigida al Colegio Cardenalicio, Francisco solicitó a todas las instituciones vaticanas buscar recursos externos para sus misiones, promover la transparencia y evitar gastos innecesarios, con la meta de alcanzar un "déficit cero".