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El Sol es la estrella más cercana a la Tierra. Se trata de una enorme bola de gas súper caliente, principalmente de hidrógeno y helio, que brilla con su luz propia gracias a reacciones nucleares que ocurren en su interior.

Si bien sabemos mucho sobre él, aún quedan aspectos que desconocemos por completo.

En este contexto, un equipo de científicos utilizó dibujos de manchas solares realizados por Johannes Kepler, reconocido astrónomo alemán, para comprender mejor los ciclos solares.

¿Quién fue Johannes Kepler?

Johannes Kepler fue un astrónomo y matemático alemán que vivió entre los siglos XVI y XVII. Es reconocido principalmente por sus tres leyes sobre el movimiento de los planetas.

Estas describen de manera matemática cómo se mueven los planetas alrededor del Sol. Sus descubrimientos fueron un gran avance en la comprensión del universo y sentaron las bases para la física de Isaac Newton.

¿Qué son los ciclos solares?

Un ciclo solar es un período de aproximadamente 11 años durante el cual la actividad magnética del Sol oscila entre períodos de alta y baja actividad.

Se caracterizan por alteraciones en la cantidad de manchas solares, erupciones solares y eyecciones de masa coronal (CME).

El ciclo solar actual es conocido como Ciclo 25 porque es el número 25 desde 1755, momento en que inició el registro de las manchas solares y que estaría activo hasta mediados de 2025.

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Los dibujos de Kepler: el secretó para entender los ciclos solares

Un equipo de científicos dirigido por la Universidad de Nagoya utilizó técnicas modernas para analizar los dibujos de manchas solares de Johannes Kepler.

De esta manera, 400 años después, lograron recopilar nuevos datos sobre los ciclos solares anteriores.

Las observaciones del astrónomo alemán fueron meticulosamente documentadas mediante el uso de una cámara oscura, con la cual registró y describió diferentes características visibles del Sol.

No fue sino hasta 1607 cuando anotó lo que inicialmente interpretó como un tránsito de Mercurio; sin embargo, finalmente concluyó que en realidad se trataba de un grupo de manchas solares, espacios más fríos y oscuros en contraste con el material caliente y luminoso que las rodea.

Por ese motivo, los expertos decidieron volver a examinar las observaciones utilizando la Ley de Spöre, que predice la variación en la latitud de la aparición de manchas solares durante un ciclo solar.

Los resultados brindaron una clave importante para entender la duración de los ciclos solares a principios del siglo XVII.

Estos resultados están íntimamente relacionados con el cambio de los ciclos solares típicos hacia un período prolongado de baja actividad solar conocido como el Mínimo de Maunder (1645-1715).

"Descubrimos que este dibujo de manchas solares podría proporcionarnos información sobre la ubicación y la fase del ciclo solar en 1607, siempre que lográramos determinar con precisión el momento y el lugar de observación. Para ello, era necesario reconstruir la inclinación de las coordenadas heliográficas, es decir, las posiciones de las características visibles en la superficie del Sol en ese periodo", explicó Hisashi Hayakawa, quien lideró el estudio publicado en Astrophysical Journal Letters.

¿Qué es un gran mínimo solar?

Un Gran Mínimo Solar es un período durante el cual la actividad magnética del Sol disminuye considerablemente.

En específico, es un período en el que hay muy poca actividad de manchas solares, erupciones solares y eyecciones de masa coronal (CME).

A diferencia de los ciclos solares regulares de 11 años, los Grandes Mínimos Solares son irregulares y pueden existir durante varios ciclos solares.

"Dado que este registro no fue una observación telescópica, solo se ha discutido en el contexto de la historia de la ciencia y no se había utilizado para análisis cuantitativos de los ciclos solares en el siglo XVII. Pero este es el bosquejo de manchas solares más antiguo jamás realizado con una observación instrumental y una proyección", añadió Hayakawa.