En una entrevista conmovedora y directa con los medios vaticanos, el cardenal Pietro Parolin, actual Secretario de Estado de la Santa Sede, rompió el silencio ante la tragedia humanitaria en Gaza, la guerra en Ucrania y los desafíos éticos del mundo digital.
Asimismo, Pietro Parolin, quien fue el decano del cónclave donde se eligió al cardenal Robert Prevost como nuevo Santo Padre, destacó el mensaje del nuevo Papa León XIV, cuyas palabras están marcando el inicio de un pontificado centrado en la paz, la justicia y la verdad.
"Nunca más la guerra": el eco del nuevo Papa
Parolin no dudó en calificar como "inaceptable" la situación en Gaza, donde las bombas siguen cayendo sobre hospitales y escuelas.
"El derecho humanitario debe regir siempre, y para todos", enfatizó, al tiempo que pidió una tregua inmediata y el ingreso de ayuda humanitaria. También reiteró la exigencia de liberar a los rehenes tomados por Hamás durante el ataque del 7 de octubre de 2023.
Al referirse a Ucrania, destacó la disposición del Vaticano a acoger negociaciones de paz, aunque subrayó que "lo importante no es dónde se realicen, sino que comiencen". Y recordó el llamado de León XIV en su primer Regina Coeli: "¡Nunca más la guerra!", una frase heredada de San Pablo VI que refuerza la continuidad del mensaje de paz entre pontificados.
Pietro Parolin sigue la voz del papa León XIV
El cardenal Parolin también abordó el pedido del papa León XIV a los periodistas: una "comunicación diferente", alejada de la agresividad y centrada en la verdad y el amor.
"También las palabras pueden convertirse en instrumentos de guerra", advirtió, instando a rechazar el "paradigma bélico" incluso en la forma en que nos comunicamos.
Sobre la revolución digital y la inteligencia artificial, advirtió que no deben usarse para manipular o decidir sobre la vida humana. Frente a este desafío, pidió un enfoque ético y vigilante, recordando el valor de la libertad informativa.
Finalmente, ante las controversias sobre el pasado de algunos miembros de la Curia, Parolin confirmó que las investigaciones no hallaron irregularidades y que los casos se gestionaron conforme a las normas vigentes.
El testimonio de Parolin refleja el rostro más humano y espiritual de la Iglesia: una institución que llora ante el dolor del mundo, pero que también se alza como voz firme por la paz, la justicia y la esperanza.