La albahaca es una de las especias más versátiles de la cocina. Su uso va desde pasta pesto, pizzas, tés, ensaladas y hasta cócteles. Su consumo ideal siempre es fresco, por lo que el chef recomienda incluir la albahaca entre las plantas de la casa.
La albahaca es de un clima templado, por lo que el frío y las bajas temperaturas y el exceso de humedad las vuelven vulnerables. Un mal cuidado puede llevar a la planta de albahaca a morir pronto.
Las reglas de oro para cuidar bien la albahaca
Hoy te damos tips para cultivar tu albahaca con un sembrado de semillas desde cero en maceta y un cuidado cuando se compró la planta con raíz en el supermercado.
Semillas de albahaca sembradas en maceta:
Lo primero que debes tener en cuenta es usar una maceta con buen drenaje y tierra rica en nutrientes. Ya con eso, siembra las semillas de la albahca a 1 cm de profundidad y cubrirlas ligeramente con tierra.
El riego es clave, pero sin abusar de él. Lo recomendable es regar la albahaca de manera uniforme para mantener el sustrato húmedo, pero no encharcado, ojo con eso. Un dato clave es colocar la maceta en un lugar con al menos 6 horas de luz solar directa al día.
Albahaca sembrada del supermercado:
Usualmente las venden frescas y con raíz cubierta por tierra. Si es así en tu región, trasplanta la planta a una maceta más grande con tierra fresca y bien drenada para evitar que las raíces se asfixien.
Procura mantener la tierra de tu albahaca húmeda y colócala en un espacio soleado, evitando cambios bruscos de temperatura que puedan estresarla.
Las claves para que nunca muera tu albahaca
La albahaca aporta sabor y frescura a los platillos y comidas, su presencia en los alimentos se impone, por color y sabor.
No es necesario ser un agricultor, un botánico o un chef para conservar una planta de albahaca fresca en casa todo el año. Sigue estas reglas que los expertos repiten para darle más vida a la planta.
Para cosechar albahaca, esperas siempre a que la planta mida unos 15 a 20 cm y los tallos no superen los 20 cm.
Si tu albahaca cumple esa primera regla de oro, ahora podrás recolectar sus hojas en la mañana para mantener su frescura y guárdala en el refrigerador envuelta en papel.
Ten mucho cuidado al cortar las hojas y hazlo moderadamente, pero, de distintos puntos, sin dañar los tallos para fomentar su crecimiento.
En caso de necesitar muchas hojas de albahaca, usa varias plantas para evitar agotarlas. Así aseguras una producción continua y una albahaca siempre fresca para tus recetas.