México posee una riqueza cultural inmensa, la cual está forjada por la fusión de civilizaciones ancestrales y más adelante influencia colonial, que le dio mucha más personalidad e identidad.
Esta diversidad cultural mexicana se refleja en su gastronomía, declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. Platillos como los tamales o los tacos no solo preservan tradiciones milenarias, sino que han conquistado paladares en todo el mundo, posicionando a México como un referente culinario global.
Entre sus platillos más reconocidos en el mundo se destca el mole. Aunque muchos lo asocian directamente con el mestizaje, la verdadera raíz del mole se remonta a la época prehispánica, donde los pueblos originarios ya elaboraban mullis con mezclas de chiles y especias. Según la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, "la base del mole nació mucho antes de la llegada de los españoles, con una amplia variedad de salsas hechas con chiles locales".
El mole como lo conocemos hoy se consolidó en la época colonial, cuando ingredientes traídos de Europa como la canela, las almendras o el chocolate se integraron al guiso indígena. "Hay dos leyendas sobre su origen: una protagonizada por sor Andrea de la Asunción, y otra por fray Pascual, ambos en Puebla", explica la dependencia, resaltando que el platillo surgió para agasajar a virreyes.
¿Qué ingredientes le dan al mole su identidad tan única?
Uno de los secretos del mole tradicional está en su complejidad de sabores, que se logra con una cuidadosa combinación de chiles secos como pasilla, mulato, chipotle, morita y chile ancho. México es líder en la producción de estas variedades, generando más de 87 mil toneladas al año, de acuerdo con datos oficiales.
Sin estos ingredientes, el mole simplemente no tendría el mismo carácter ni profundidad gustativa. Cada chile aporta un matiz diferente: dulzor, ahumado, acidez o picor, logrando un equilibrio que convierte al mole en una obra culinaria única y emblemática del país.
¿Sabías que hay más tipos de mole en México que quesos en Francia?
El mole no es una sola receta, sino un universo gastronómico. En Oaxaca, por ejemplo, existen siete tipos distintos, incluido el mole amarillo con chiles chilhuacles. En Taxco, sorprende el mole rosa hecho con chocolate blanco y betabel; mientras que en Michoacán, el mole verde se prepara con pepita de calabaza y tomate.
Estas variantes reflejan la riqueza cultural y regional del país. "Cada estado aporta su visión del mole, adaptándolo a ingredientes locales y a tradiciones propias", destaca la Secretaría, reafirmando que el mole no solo es comida: es identidad, memoria e innovación mexicana.