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En México, las comunidades indígenas están demostrando que es posible desarrollar soluciones tecnológicas propias, accesibles y sostenibles. Lo que comenzó como un pequeño proyecto experimental en la Sierra Norte de Puebla se transformó en Wiki Katat, el primer operador móvil virtual comunitario del país.
Esta iniciativa no solo busca ofrecer telefonía e internet a precios justos, sino también generar beneficios directos para las comunidades y fomentar su autonomía.
Cómo las comunidades indígenas en México crearon su propio servicio de telefonía e internet
En 2020, un grupo de la radio Tosepan Limakxtum y de la Unión de Cooperativas Tosepan instaló una antena de red 2G en la localidad de Reyeshogpan, Puebla.
La llegada de Telcel con su red 4G obligó a pausar temporalmente el proyecto. Sin embargo, la visión del grupo se mantuvo firme. Con la colaboración de Altán Redes y de organizaciones como Redes A.C. y TIC A.C., lograron establecer Wiki Katat, un operador virtual que ofrece cobertura no solo en México, sino también en Estados Unidos y Canadá para usuarios en tránsito.
Wiki Katat: un modelo cooperativo de telecomunicaciones con enfoque social
A diferencia de las grandes empresas de telefonía, Wiki Katat sigue un modelo cooperativo. Parte de cada recarga se destina a los vendedores locales y otra parte se reinvierte en proyectos comunitarios, como el CESDER, una universidad sin fines de lucro que capacita a jóvenes de la Sierra Norte de Puebla.
Este enfoque permite que los beneficios del servicio se distribuyan entre la comunidad y no queden concentrados en manos de unos pocos. Además, promueve la inclusión digital y fortalece la comunicación comunitaria, siguiendo los valores y prácticas indígenas.
Retos y beneficios de la telefonía comunitaria en zonas rurales de México
Uno de los mayores desafíos para Wiki Katat fue ganarse la confianza de los usuarios, acostumbrados a los servicios de grandes operadoras. Sin embargo, la experiencia demuestra que es posible ofrecer telefonía e internet de calidad, con tarifas accesibles y cobertura en áreas donde otros proveedores no llegan.
Además, este modelo fomenta la conciencia de que el acceso a la conectividad no es solo un servicio, sino un derecho fundamental que puede impulsar la autonomía económica y tecnológica de las comunidades rurales.















