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La ciencia no podía mirar para un costado frente a las diferentes historias que existen detrás del llamado monstruo chupacabras popularizado en los años 90 en México y el sudeste de Estados Unidos. ¿Qué de verdad, mentira y misterio encierra la historia del chupacabras? Una pregunta que ya tiene respuestas.

El chupacabras es famoso en México y Estados Unidos, pero su leyenda traspasó fronteras y continentes. De este monstruo mitológico se habla en Puerto Rico, Chile, Rusia, Filipinas y hasta en China.

El nombre de chupacabras se debe a la forma cómo este animal se alimenta, chupando toda la sangre de animales de campo como las cabras, las reses y los domésticos hasta dejarlos secos.

Así descubren al monstruo del chupacabras

Para muchos seguidores del programa de televisión El Chavo del 8 podrán recordar que el Chavo y todos los niños de la vecindad le temían al chupacabras.

Se cree que el chupacabras es un animal de contextura gruesa, pesada, como una especie de oso pequeño que lleva en su espalda una poderosa hilera de espinas por toda su columna vertebral hasta la punta de su larga cola.

En otras versiones se pinta al chupacabras como una especie de reptil monstruoso de un metro de longitud con una piel llena de escamas, espinas y un color verdoso, aseguran una publicación de National Geographic.

Entre las más racionales de las descripciones del monstruo mexicano, se dice que tiene la morfología de un perro salvaje.

Científicos terminaron el mito del chupacabras

Por supuesto la ciencia no podía correrse del mapa y dejar que una leyenda tan fuerte entre los mexicanos y algunos otros países del mundo quedará sin una explicación científica.

Para los científicos que han estudiado los cadáveres de animales víctimas del monstruo chupacabras, este fenómeno tiene una respuesta concreta y científica. El chupacabras no es más que una evolución de los coyotes salvajes.

El aspecto monstruoso del chupacabras o en realidad del coyote podría deberse a la evolución de los coyotes con sarna o escabiosis, con lo cual, hace que tenga esa apariencia rústica y tenebrosa.

Barry OConnor, entomólogo de la Universidad de Michigan dijo: "No creo que haya que buscar más teorías".

"Sigue pareciendo un coyote, pero en una versión bastante distinta", describe el científico Kevin Keel, especialista de enfermedades y que forma parte del Southeastern Cooperative Wildlife Disease Study de la Universidad de Georgia.

"Si lo viera en el bosque no habría pensado que se trata de un chupacabras, pero yo he estudiado coyotes y zorros con sarna durante mucho tiempo. Una persona no profesional, en cambio, podría confundirlos", sostiene el científico.

De acuerdo con las conclusiones de los expertos, los coyotes con sarna o cualquier otra especie con escabiosis son muy débiles con lo cual, el que se acerque al ganado, especialmente a cabras para atacarlos es porque le resulta mucho más fácil atraparlos.