Una histórica inversión de capital extranjero está redefiniendo el panorama de Latinoamérica. En un momento donde la demanda global de cobre se intensifica por su papel esencial en la transición energética, un ambicioso plan en el norte de Chile ha captado la atención de la industria internacional.
Impulsado por la minera australiana Hot Chili, este proyecto busca convertir a la región de Atacama en un punto neurálgico en Latinoamérica para la producción de este metal estratégico.
Australia apuesta por el cobre en Latinoamérica
La empresa Hot Chili, con sede en Australia, oficializó una inversión de 1,200 millones de dólares para desarrollar tres megaproyectos en Latinoamérica, en la región de Atacama, Chile. Esta inversión fue registrada ante la Oficina de Gestión de Proyectos Sustentables (GPS) del Ministerio de Economía chileno, lo que garantiza prioridad en los trámites administrativos necesarios para su ejecución.
Entre los planes estratégicos destaca Huasco Water, una planta desalinizadora que abastecerá de agua industrial a las operaciones mineras de la zona. El objetivo es reducir la presión sobre los recursos hídricos continentales, en una región donde la escasez de agua ha sido una constante. Este sistema beneficiará tanto a Hot Chili, como también a otras operaciones mediante una red interconectada de tuberías.
Además del componente hídrico, el proyecto incluye dos yacimientos clave: Costa Fuego y La Verde. Costa Fuego, en etapa avanzada de exploración, se perfila como una mina de cobre y oro con potencial para transformar a Hot Chili en un actor dominante en el mercado regional. La reciente adquisición de La Verde, ubicada a 30 kilómetros de Costa Fuego, permitirá sinergias logísticas y operativas. De consolidarse, estos yacimientos podrían concentrar hasta un 25% de la producción mundial de cobre en las próximas décadas.
Minería en Latinoamérica: una prioridad para inversionistas globales
El megaproyecto de Hot Chili representa una alianza estratégica entre Australia y Latinoamérica, con miras a fortalecer la seguridad energética y la transición hacia economías más sostenibles. Esta colaboración es parte de una tendencia creciente en la región, donde los recursos naturales se colocan al centro de los intereses geopolíticos y financieros.
Chile, como principal productor mundial de cobre, consolida su liderazgo mediante asociaciones internacionales como la de Hot Chili, que generan empleo y crecimiento económico ytambién promueven una minería más responsable con el entorno y las comunidades locales. Con el respaldo del gobierno chileno a través de la GPS, este tipo de inversiones se proyecta como un motor clave del desarrollo nacional.