En una discusión de pareja, algo tan simple como una frase puede cambiar completamente el rumbo del conflicto. No se trata de un truco de manipulación, si no de una manera distinta de reaccionar ante esos momentos en los que las palabras se convierten en armas.
La clave está en decir algo que pueda frenar el enojo personal antes de que sea demasiado tarde, ya que los reproches y gritos pueden convertirse en un círculo difícil de romper. En este contexto, hay especialistas que sugieren que la salida no está en convencer al otro, sino en dar un paso hacia adentro. Y en esa pausa, una frase particular puede abrir un canal inesperado de diálogo.
No se trata de callar ni de evitar el tema, sino de cambiar el enfoque. Aquellas personas que han puesto en práctica este método de resolver conflictos aseguran que se trata de "tirar agua al fuego" en lugar de gasolina. Pero ¿de qué se trata realmente?
La frase que podría detener una discusión
El psicólogo Alberto Gallardo propone decir: "Ayúdame a entender qué me hizo actuar así", una frase que podría servir para poner fin a cualquier tipo de discusión. Según explica, esta invitación al diálogo sincero cambia el foco de la culpa hacia la comprensión personal. En lugar de atacar al otro, se busca analizar la propia reacción y compartir con la pareja ese proceso en voz alta.
Gallardo asegura que esta herramienta no evita la discusión, pero sí abre la puerta a que pueda bajar el tono y surja un intercambio más constructivo. El objetivo no es esquivar el problema, sino entenderlo desde un lugar de vulnerabilidad, algo que suele desarmar la tensión.
Un cambio en la forma de comunicarse
En la misma línea, el psiquiatra Mark Goulston cumple con esta visión. Afirma que este tipo de frases transforman un momento de tensión en una oportunidad para reconocer las emociones que están detrás del enojo. En vez de señalar: "tú hiciste...", la persona se pregunta: "¿por qué reaccioné así?" y comparte su respuesta.
Cabe destacar que los especialistas ponen el foco en un tipo de relación particular: aquella que es considerada "sana". En vínculos con violencia o manipulación, ninguna frase puede reparar el daño. Pero en parejas con afecto y voluntad de entenderse, puede ser la chispa que encienda una conversación real, y menos destructiva.