Un grupo de científicos de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) encontró una nueva especie de quinorrinco, también conocido como dragón del fango, en el Océano Antártico Sur.
En específico, el descubrimiento se realizó a 6000 metros de profundidad en la Fosa de las Orcadas, ubicadas en el Polo Sur.
¿Qué es el quinorrinco?
Los quinorrincos son invertebrados marinos de pequeño tamaño que habitan en bentos, comunidades dentro de los ecosistemas acuáticos, de todo el mundo. Hasta el momento, se descubrieron más de 250 especies.
Hallan una nueva especie del "Dragón del fango": un descubrimiento que cambia todo
Un equipo de científicos descubrió una nueva especie de quinorrinco, denominada echionderes australis sp. nov., cuyos detalles fueron divulgados en un artículo publicado en Zoologischer Anzeiger.
Este hallazgo es relevante, ya que hasta la fecha solo se conocían dos especies de quinorrincos en hadales.
Con esta nueva especie, aumenta un 33% el conocimiento sobre este grupo en zonas tan extremas, según destaca la Universidad Complutense de Madrid.
La recolección de muestras se realizó en diciembre de 2019. El sedimento fue extraído en capas de un centímetro de grosor, alcanzando una profundidad total de cinco centímetros.
Los quinorrincos fueron extraídos utilizando un método de flotación. Este pequeño organismo desempeña un papel fundamental en la salud de los ecosistemas marinos.
Para la identificación de la especie, se utilizaron técnicas avanzadas de microscopía óptica (LM) y microscopía electrónica de barrido (SEM), y las muestras fueron teñidas con un pigmento especializado para animales.
El proceso de separación de los quinorrincos se llevó a cabo a mano bajo una lupa binocular en la Universidad del Sur de Dinamarca, donde los investigadores emplearon claves interactivas y bibliografía especializada para describir la nueva especie.
Este hallazgo tiene implicaciones relevantes para la taxonomía de los quinorrincos, así como para el entendimiento y conservación de los ecosistemas marinos profundos.
El estudio fue realizado en colaboración entre la Universidad Complutense de Madrid, la Universidad del Sur de Dinamarca, la Universidad Federal de Río Grande (Brasil), la Agencia Japonesa para la Ciencia y Tecnología Marítima-Terrestre y el Instituto Francés de Investigación para la Exploración del Mar.