¿Sabías que el hidrógeno naranja promete revolucionar la producción de energía limpia? ¿Y que México invertirá en él para convertirse en potencia mundial? Pues, a pesar de ser un recurso aún poco conocido, cuenta con un gran potencial y nuestro país es en Latinoamérica el que se alista para posicionarse como uno de los que transformarán el futuro energético.
A diferencia del hidrógeno verde, azul o gris -cuyos colores corresponden a distintos métodos de producción-, el hidrógeno naranja representa una innovación que combina eficiencia energética con beneficios ambientales. ¿Por qué?
Qué es el hidrógeno naranja y por qué México podría liderar su producción
Lo que convierte al hidrógeno naranja en una alternativa para luchar contra el cambio climático es su origen natural. Esto se debe a que, la primera parte de su proceso de producción ocurre de manera natural a partir de reacciones de oxidación-reducción entre minerales ferrosos y agua subterránea, lo que reduce considerablemente su impacto ambiental.
El hidróxido naranja se encuentra principalmente en formaciones rocosas profundas y zonas tectónicas donde hay minerales como la serpentina o el hierro. Y aquí es donde nuestro país en Latinoamérica cuenta con un potencial inigualable.
Con su diversidad de formaciones rocosas y el contenido mineral de su subsuelo, México se convierte directamente en candidato ideal para la explotación de este tipo de hidrógeno. De acuerdo con especialistas, el país posee las características geológicas necesarias para producir hidrógeno naranja a gran escala. Esto ha despertado el interés de empresas y gobiernos que buscan liderar la transición energética global.
El atractivo de esta tecnología radica en su doble beneficio. Por un lado, permite generar hidrógeno como fuente limpia de energía. Por otro, durante el proceso se captura carbono, lo que podría contribuir de forma significativa a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Hidrógeno naranja: ¿De qué manera se acelera la producción?
Si bien se trata de un fenómeno natural, en la actualidad es posible acelerar la producción de hidrógeno naranja mediante tecnologías que inyectan agua enriquecida con dióxido de carbono (CO). Esta técnica estimula la reacción entre los minerales y el agua, aumentando la cantidad de hidrógeno generado.
Este tipo de producción resulta prometedora porque no depende de combustibles fósiles ni requiere grandes cantidades de electricidad. De esta manera, se presenta como una opción viable para países con potencial geológico, como México, que busca consolidarse como líder en energías limpias.
El desarrollo de este recurso podría traer inversiones millonarias y convertir al país en un actor clave en la industria energética del futuro.