A lo largo de la historia política estadounidense, las especulaciones sobre vínculos entre líderes políticos y sociedades secretas fue tema de intenso debate público.
Lamasonería, una de las fraternidades más antiguas y reconocidas del mundo, estuvo particularmente sujeta a teorías conspirativas sobre su influencia en el poder.
En este contexto, la figura de Donald Trump no quedó exenta de rumores sobre una posible membresía. Estas especulaciones cobraron mayor relevancia en la era digital, donde la información circula a velocidades sin precedentes, generando confusión entre verdad y ficción.
La tradición masónica en la presidencia estadounidense: de George Washington a Donald Trump
La relación entre la masonería y la presidencia estadounidense tiene raíces profundas que se remontan a los padres fundadores de la nación. George Washington, primer presidente de Estados Unidos, fue iniciado como masón el 4 de noviembre de 1752 en la Logia de Fredericksburg, Virginia, y mantuvo una relación activa con la fraternidad durante toda su vida. Su iniciación precedió a su liderazgo en la Revolución Americana y su posterior presidencia, estableciendo un precedente histórico significativo.
Tras Washington, numerosos presidentes estadounidenses fueron masones confirmados, incluyendo figuras como James Monroe, Andrew Jackson, James Polk, James Buchanan, Andrew Johnson, James Garfield, William McKinley, Theodore Roosevelt, William Howard Taft, Warren G. Harding, Franklin D. Roosevelt, Harry S. Truman y Gerald Ford.
Esta tradición representa aproximadamente un tercio de todos los presidentes que ocuparon el cargo.
Sin embargo, es importante señalar que no existe evidencia verificable que confirme que Donald Trump haya sido iniciado en ninguna logia masónica reconocida. A diferencia de los presidentes masones anteriores, cuyas afiliaciones están documentadas en registros oficiales de las Grandes Logias estatales, no hay constancia de que él haya participado en ceremonias de iniciación o haya sido miembro activo de la fraternidad.
Las teorías sobre Donald Trump y la simbología masónica: separando mito de realidad
Las teorías que vinculan a Donald Trump con la masonería se basan frecuentemente en interpretaciones de gestos, símbolos y acciones que supuestamente revelarían su afiliación secreta.
Algunos teóricos señalan el uso de ciertos símbolos en sus propiedades inmobiliarias, gestos específicos durante apariciones públicas o coincidencias numéricas en fechas importantes de su carrera política como evidencia circunstancial de conexiones masónicas.
Un análisis crítico de estas "pruebas" revela que muchas de ellas son resultado de interpretaciones forzadas o coincidencias sin correlación causal.
Un caso notable ocurrió en noviembre de 2024, cuando unas misteriosas imágenes de Donald Trump aparentemente participando en una especie de ritual con vestimentas extrañas se volvieron virales. Las fotos dieron lugar a todo tipo de teorías de la conspiración en las redes sociales.
Según Logically Facts, las imágenes provocaron comentarios en plataformas como X sobre supuestas camarillas misteriosas, el Nuevo Orden Mundial, los Illuminati y afirmaciones de que el líder de los Estados Unidos fue "seleccionado y no elegido".
Sin embargo, como reveló Logically Facts, las imágenes simplemente mostraban a Donald Trump recibiendo en 2010 un título honorífico de la Universidad Robert Gordon en Escocia.
Las vestimentas "rituales" eran en realidad la indumentaria académica tradicional utilizada en ceremonias de graduación y entrega de títulos universitarios, un contexto completamente ordinario y público.