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Un estudio reciente, difundido en Live Science, señaló que la inflamación, reconocida como uno de los "superpoderes" naturales del organismo, podría desempeñar un papel crucial en la lucha contra diversas enfermedades.

"Si no tienes inflamación, morirás", sentenció Ed Rainger, profesor de la Universidad de Birmingham a Live Science. "Es tan simple como eso".

En épocas anteriores, los profesionales de la medicina intentaron abordar diversas condiciones a través de la supresión total de la inflamación. No obstante, esta estrategia conlleva efectos secundarios indeseados y no siempre resulta eficaz.

En la actualidad, los científicos están desarrollando enfoques terapéuticos que no buscan eliminar por completo este proceso, sino reprogramar las células responsables de su desencadenamiento.

La meta es sencilla: inducir a la inflamación a regresar a un estado combativo, permitiéndole así dirigirse de manera más efectiva contra las células mutadas.

La inflamación: un aliado inesperado en la lucha contra las enfermedades

La inflamación es la respuesta natural del cuerpo a una lesión o infección. Es una forma en que el organismo se protege y se cura a sí mismo.

"El objetivo de la inflamación es controlar una infección, detener su propagación y crear un ambiente favorable para que comience el proceso de curación", explicó Robert Anthony, profesor de la Universidad de Harvard, en Live Science.

Durante el proceso de inflamación aguada, las células dañadas emiten señales de "peligro" que atraen a las células del sistema inmunológico hacia el lugar del ataque.

Una vez activadas, estas células generan sustancias químicas conocidas como citoquinas, las cuales amplifican la inflamación en un ciclo de retroalimentación positiva.

La comprensión total de cómo el cuerpo desactiva la inflamación aguda aún escapa a los científicos. En ciertos casos, como cuando el sistema inmunológico no logra controlar por completo una infección, este mecanismo puede no activarse. Como resultado aparece la inflamación crónica, perjudicial para la salud.

En tiempos anteriores, los tratamientos buscaban suprimir totalmente la inflamación. Sin embargo, en la década de 1990, las compañías farmacéuticas introdujeron en el mercado medicamentos conocidos como biológicos.

Una considerable cantidad de estos fármacos opera inhibiendo diversas citoquinas, que son las señales químicas responsables de intensificar la inflamación.

Sin embargo, los productos biológicos a menudo inhiben extensas porciones del sistema inmunológico, lo que puede incrementar el riesgo de infecciones.

Por lo tanto, los investigadores están explorando métodos más específicos para redirigir la inflamación perjudicial mediante la reprogramación de las células inmunitarias involucradas en dicho proceso.

Reprogramación celular de la inflamación

Stuart Forbes, director del Instituto de Regeneración y Reparación de la Universidad de Edimburgo, examinó el papel de los macrófagos en la formación del tejido cicatricial asociado a la fibrosis hepática.

De acuerdo con sus hallazgos, identificó dos variantes de macrófagos: uno perjudicial de tipo inflamatorio, conocido como M1, y otro, M2, que no solo inhibía la inflamación, sino que también participaba en el proceso de regeneración de tejidos.

El equipo de Forbes aisló monocitos de la sangre de pacientes con fibrosis hepática severa y, en el laboratorio, los convirtió en macrófagos regenerativos de tipo M2 a través de señales químicas. Posteriormente, reintrodujeron estos macrófagos reprogramados en los pacientes.

En un ensayo clínico de fase I en 2019, el enfoque demostró ser seguro. El ensayo de fase II con 50 pacientes, presentado por Forbes en una reunión de la Asociación Estadounidense para el Estudio de las Enfermedades Hepáticas, mostró resultados alentadores.

De hecho, disminuyó las complicaciones potencialmente mortales relacionadas con el hígado en comparación con un grupo de control no tratado.

Aunque es necesario identificar células críticas en tejidos específicos para abordar las enfermedades inflamatorias, los médicos ya están desarrollando terapias que buscan estimular la inflamación como enfoque de tratamiento.

En el cáncer, los macrófagos migran hacia los tumores con el propósito de combatirlos. Sin embargo, las células cancerosas manipulan este proceso y provocan una transición desde el tipo M1 hacia el tipo M2. Este cambio reduce la inflamación y promueve el crecimiento tumoral.

Con este entendimiento, Yara Abdou, profesora en la Universidad de Carolina del Norte, se planteó la posibilidad de emplear un virus para potenciar la capacidad de los macrófagos en pacientes con cáncer, haciéndolos más propensos a reconocer y atacar las células tumorales.

Abdou anunció que en 2024 se divulgarán más datos del ensayo. Basándose en estos resultados "alentadores", el equipo tiene previsto llevar a cabo un ensayo clínico de fase I para evaluar una variante de la terapia denominada CT-0525, que emplea monocitos reprogramados en lugar de macrófagos.