La canícula es un fenómeno climático que ocurre cada año entre julio y agosto, cuando las lluvias disminuyen drásticamente y las temperaturas se disparan por encima de los 37ºC en muchas regiones del país.
Este periodo de calor extremo afecta directamente la salud, especialmente en niños, adultos mayores y personas con enfermedades crónicas.
Golpe de calor: el enemigo silencioso
El principal riesgo de la canícula es el golpe de calor, una condición grave que aparece cuando el cuerpo rebasa los 40ºC, provocando:
-Deshidratación severa
-Mareo, confusión y vómito
-Pérdida del conocimiento
En niños puede manifestarse como llanto constante, agitación e irritabilidad. En adultos, como piel seca, decaimiento, dolor de cabeza, baja presión o fiebre.
En casos extremos, si los síntomas no se atienden, la canícula puede llevar incluso a la muerte.
Más calor, más infecciones
Las altas temperaturas favorecen la descomposición rápida de los alimentos, lo que genera un aumento de diarreas, gastroenteritis e intoxicaciones alimentarias.
Todo esto esto es causado por bacterias como salmonella, E. coli, amibas y otros patógenos. Por esto, se sugiere extremar cuidados con alimentos sin refrigerar, puestos callejeros y productos caducados.
Cómo protegerte durante la canícula
-Usa ropa clara, ligera y gorra o sombrero.
-Evita exponerte al sol entre las 11 a.m. y 4 p.m.
-Toma 2 litros de agua al día (o más si haces ejercicio)
-Evita comer en la calle o beber agua de dudosa procedencia
-Lava frutas, verduras y utensilios de cocina
-Cocina bien carnes, pescados y mariscos
-Mantén limpios y tapados los botes de basura
Nunca dejes personas o mascotas en vehículos cerrados.
Las altas temperaturas también pueden matar a perros o gatos encerrados en patios o autos. Déjales siempre agua limpia, sobre y ventilación.
La canícula no es sólo calor, es un riesgo sanitario real. Con prevención, puedes evitar complicaciones graves y disfrutar el verano con salud.