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El imperio empresarial de Ricardo Salinas Pliego enfrenta uno de sus momentos más críticos. Un juez de Nueva York dio un ultimátum que podría definir el futuro de TV Azteca y 39 filiales de Grupo Salinas, mientras los acreedores aprietan el cerco sobre una deuda multimillonaria que creció exponencialmente desde 2017.

Con fecha límite para el 12 de noviembre, el empresario debe tomar decisiones cruciales que podrían determinar si logra negociar con sus acreedores o si el proceso judicial avanza inexorablemente hacia un desenlace que podría resultar devastador para sus empresas.

Empresario Ricardo Salinas Pliego enfrenta a Claudia Sheinbaum. Fuente: X de Salinas.

Una deuda que se duplicó: de 400 a 580 millones de dólares

El origen de esta crisis se remonta a 2017, cuando Grupo Salinas emitió bonos por 400 millones de dólares. Ocho años después, esa deuda se transformó en una bomba de tiempo de 580 millones de dólares, según estimaciones de los acreedores encabezados por The Bank of New York Mellon. El impago de estos bonos desencadeno una serie de acciones legales que ahora convergen en un momento decisivo.

La magnitud del problema va más allá de las cifras. Los acreedores activaron múltiples frentes legales, incluyendo un procedimiento de arbitraje internacional ante el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI) del Banco Mundial, esta vez demandando directamente al Estado de México por los impagos del conglomerado.

El ultimátum: 24 horas para presentar una estrategia

La orden del juez establece que este miércoles 12 de noviembre, TV Azteca y sus filiales deben presentar una carta donde podrían solicitar un recurso para suspender o desechar completamente el proceso judicial en Nueva York, con el objetivo de resolver el conflicto mediante un procedimiento privado de arbitraje con sus acreedores.

Simultáneamente, tanto las empresas del conglomerado como los acreedores deben presentar sus planes para concretar el inicio formal del juicio, que los demandantes buscaban iniciar a más tardar el 5 de diciembre.

Esta doble vía representa una encrucijada: Salinas Pliego puede apostar por la negociación privada o prepararse para un juicio que podría exponer públicamente la situación financiera de sus empresas.

La tormenta perfecta: deudas fiscales y problemas judiciales

Como si la situación con los bonos impagados no fuera suficiente, Grupo Salinas enfrenta simultáneamente reclamos fiscales del Servicio de Administración Tributaria (SAT) por contribuciones que datan de hace 17 años.

Esta convergencia de problemas legales y financieros configura lo que muchos analistas consideran la crisis más seria que enfrentó el empresario en décadas.