Para comenzar a hablar sobre el e-learning móvil (m-learning), es decir, la utilización de dispositivos, como tabletas o celulares inteligentes, para la enseñanza y el aprendizaje, se impone la incógnita ¿América latina es una región móvil y conectada? Según el documento Turning on Mobile Learning in América Latina, de la Unesco, pese a que el uso de celulares aumentó en la última década y que la cantidad de usuarios de Internet continúa su crecimiento constante, la infraestructura de las telecomunicaciones es limitada y el acceso a banda ancha sigue siendo escaso y costoso para grandes segmentos poblacionales.
La tendencia indica que vamos hacia la movilidad, pero, actualmente, el desafío en la Argentina y en América latina toda es la conectividad, afirma ante IT Business, Javier Firpo, gerente de Programas de Educación para Latinoamérica de Intel Corporation.
En el país, el porcentaje de acceso a banda ancha móvil (BAM) es aún reducido. De acuerdo a los datos presentados en el informe Acceso Residencial a Internet 2012, que elabora la consultora Carrier y Asociados, las redes móviles, como infraestructura de acceso a Internet, hoy, alcanzan un 5% de la población. No obstante, ello también representa un considerable avance del orden del 3% respecto al año pasado. El panorama de la BAM indica que, si bien el segmento de consumidores aún es reducido, augura un incremento ya para los próximos trimestres.
Un impacto no menor tendrá el factor costo, en ese sentido. Hoy, para poner en marcha una plataforma móvil se manejan diversos precios en el mercado, ya que los montos varían en cuanto a si el proyecto contempla la compra de dispositivos, la creación del campus o la capacitación de los educadores en nuevas tecnologías. Por eso, hoy, la posibilidad de realizar este tipo de proyectos sigue en manos de las empresas e instituciones que cuentan con un equipo de desarrolladores o un socio tecnológico, según indican las fuentes consultadas.
En la economía de recursos, las notebooks y netbooks llevan ventaja. Para llevar a la práctica desarrollos m-learning, hay que montar un nueva estructura cuyos desarrollos son aún incipientes, destaca Carlos Biscay, CEO de e-ABC, empresa que brinda soluciones en e-learning.
En cuanto a la programación, no hay lenguaje para móviles estandarizado aún (ver página 4). Eso genera dificultades, coincide Susana Trabaldo, directora de Net-Learning, consultora en proyectos de educación a distancia.
Según comenta, el lenguaje para trabajar aplicaciones y diseños móviles es HTML5. Por ello, las planillas también deben poder reconocer el tamaño de la pantalla y adecuarse a ella, se trate de celulares o tabletas. Además, deben contemplar la posibilidad de dialogar entre los usuarios. Por otro lado, la interacción es un diferenciador que puede potenciar el formato ante un usuario cada vez más activo y autónomo, que se relaciona con el contenido y va al experto para consultas puntuales.
Actualmente, hay algunas demandas de m-learning como aporte a una propuesta de e-learning más amplia, que se utiliza para comunicar contenidos cortos a gente en movimiento y que trabaja mucho con su iPad o smartphone. Es ideal, por ejemplo, para fuerzas de Venta, para anunciar novedades, asegura.
Una de las iniciativas implementadas en el país es el Webcampus Mobile, aplicación desarrollada para BlackBerry por la Universidad Argentina de la Empresa (UADE). Esta aplicación fue descargada 4.611 veces, según datos de la casa de estudios. En la entidad, esperan que el número crezca cuando lancen las correspondientes versiones los sistemas Android y iPhone. Con la aplicación, el alumno puede ver qué materias cursa, sus aulas, docentes; puede interactuar dentro de una opción de grupos y, con las notificaciones push, cada vez que hay una novedad, recibir una señal de alarma, explica Ana María Mass, decana de UADE.
Otra de las aplicaciones utilizadas por el 15% plantel docente de la organización es Asistencia Mobile. Se trata de un colaborador que ayuda en la tarea de tomar lista, hacer un seguimiento más rápido de las asistencias e identificar los patrones de alumnos susceptibles a dejar la cursada. Por ejemplo, si un estudiante faltó tres clases seguidas, el docente puede enviar un mensaje de texto consultándole los motivos de sus ausencias. La gran ventaja que tiene el m-learning es ser un asistente de aprendizaje, además de ser económico ya que la gran mayoría cuenta con él, destaca Mass.
Herméticos al momento de compartir niveles de inversiones, los voceros de UADE afirman que las aplicaciones son desarrollados in house por parte de su equipo técnico y que la institución provee dentro de su edificio de la tecnología necesaria para que docentes y alumnos accedan a estas aplicaciones, y, en algunos casos, también, en el caso de los profesores que aprovechen sus dispositivos como herramienta de trabajo.
Para conocer el abanico de los costos de implementación, Trabalda informa que "las inversiones oscilan entre $ 3.000 a
$ 15.000, en el caso de formación de equipo o consultorías acotadas en tiempo y áreas del proyecto, y hasta los $ 1 o $ 2 millones, para montar un programa de m-learning completo en una empresa con muchos cursos y de gran distribución geográfica, lo cual puede implicar traducción a varios idiomas.
Biscay concuerda en que para arrancar un campus virtual móvil, pensando en una start-up para su lanzamiento, la tarifa ronda los $ 5.000 con un mantenimiento mensual que pueden rondar entre $ 1.000 y $ 3.000.
En Inglaterra, KO-SU es una plataforma de m-learning abierta para quien quiera enseñar y aprender por vía móvil. Se descarga sin costo desde iTunes. Cualquier persona puede registrarse de forma gratuita y comenzar inmediatamente a participar, como profesor o un estudiante o ambos. Sólo cuando se desea configurar un número ilimitado de clases y publicar un número ilimitado de actividades, el usuario tendrá que obtener una cuenta Pro, de 25 libras al mes (unos $ 175), afirma Maria Ilia, Marketing Manager de KO-SU, en diálogo telefónico desde Londres.
La creación y la escritura para experiencias de aprendizaje eficaces en la pequeña pantalla de un móvil requiere de un enfoque completamente diferente al de escribir para una pantalla grande. Además, el m-learning ofrece nuevas oportunidades, tales como el aprendizaje exploratorio, define Ilia.

La escuela en el bolsillo

La tecnología móvil aumentó sus prestaciones y cada vez más forma parte de la vida diaria de las personas, también en el ámbito educativo. La portabilidad y las aplicaciones extienden los límites del aula, permitiendo un mayor aprovechamiento de los tiempos muertos, asegura la decana de UADE. Es un complemento, otra manera de aprender. No solo se adquieren los conocimientos propios de la carrera, con el aprendizaje virtual se adquieren competencias que son valoradas en cualquier trabajo, como, por ejemplo, a utilizar lenguaje en reuniones virtuales, explorar en Internet, colaborar, continúa Mass.
En este sentido, Firpo, de Intel, recuerda que la tecnología no es un fin, sino un medio y que, hoy, dentro de las habilidades que deben trasnmitirse a los jóvenes para cuando salgan a la vida está la tecnología. Por eso, el gerente de Programas de Educación para Latinoamérica de Intel Corporation, destaca la necesidad de acompañar en el desarrollo de un pensamiento crítico, con capacidades para la solución de problemas.

Investigaciones

Por caso, la Escuela de Educación de la Universidad de Stanford y Telecom Argentina llevaron a cabo en agosto del 2011, una experiencia piloto conocida como Entorno Móvil Interactivo de Aprendizaje de Stanford (S.M.I.L.E) en 10 escuelas rurales de la provincia de Misiones y periurbanas de Buenos Aires. Durante la experiencia, se dictaron talleres para generar contenido utilizando smartphones y tabletas.
Las investigaciones preliminares difundidas por SMILE señalan que el uso de dispositivos móviles, en las aulas, incrementa la creatiidad y la reflexión en los estudiantes, incentivando un aprendizaje conjunto. Para poder brindar una adecuada educación a nuestras nuevas generaciones, es necesario incorporar las destrezas del siglo XXI y la tecnología móvil en nuestras aulas, animándonos a innovar con nuevas dinámicas pedagógicas, donde el protagonista del proceso de aprendizaje es el niño y joven, explica Paul Kim, director de Tecnología de la Universidad de Stanford.
Además de la adecuación de los contenidos para una pantalla pequeña, uno de los pilares para llevar a cabo proyectos de educación virtual es enmarcarlos en un contexto de equipo interdisciplinario. Los educadores tendrán que adaptarse: de un papel como transmisores de conocimiento a orientadores en recursos de aprendizaje. Los desarrolladores de tecnología tendrán que responder a las preocupaciones de seguridad y privacidad. Acompañado a esto, los dispositivos diseñados deben ofrecer un soporte ubicuo y accesible, asegura Ilia.

Más allá del dispositivo

Una de las protagonistas que participó del programa SMILE, la maestra Irma Martinez de la Escuela primaria N° 334 de Garuhapé, Misiones, contó de su experiencia en un comunicado de prensa difundido por Telecom y destacó que nosotros, como maestros, necesitamos capacitarnos en utilizar mejor las nuevas tecnologías, porque los niños ya lo tienen incorporado. Al respecto, Firpo alerta que si nos centramos sólo en el equipo y no incorporamos capacitación docente, si los contenidos no son idóneos y no hay conectividad, fracasaremos. Hay que ir más allá del dispositivo".
Mientras la tecnología avanza y su consumo se vuelve más accesible, el aprendizaje se moverá cada vez más fuera de las aulas y hacia los entornos del día a día de los alumnos, ya sean estos reales o virtuales. Los expertos en educación coinciden en que hay un gran interés respecto al m-learning. Sólo faltan las ofertas concretas.