China anunció una esperada disminución de las restricciones a la inversión extranjera en sectores que van desde las finanzas y las industrias pesadas hasta la agricultura, y avanzó así en cumplir su promesa de abrir más su economía. La Comisión Nacional de Reforma y Desarrollo -la agencia estatal encargada de la planificación económica- publicó en su sitio www.ndrc.gov
cn un listado actualizado de las industrias en las que la inversión extranjera está restringida o prohibida, y entrará en vigencia el 28 de julio.
Esta difusión coincide con el pedido de Washington a Pekín en mayo. En negociaciones comerciales, los representantes de EE.UU. le pidieron a China que no distorsione el comercio mediante restricciones a la inversión y que garantice que toda restricción o condición impuesta a la inversión fuera "limitada y transparente".
El anuncio llega en medio de críticas de Estados Unidos y de la Unión Europea, que argumentan que las compañías del país asiático tuvieron mucha libertad para invertir en sus mercados mientras China limita el ingreso a su economía, la segunda más grande del mundo.
La cantidad de ítems en la lista "negativa" de inversiones extranjeras en China se redujo de 63 a 48 respecto de la versión publicada hace un año. Además de confirmar la eliminación completa de las limitaciones de propiedad absoluta en industrias como las de seguros y autos en los próximos tres a cinco años, China suavizará o retirará las restricciones sobre empresas ligadas a la fabricación de barcos y aviones, tendido eléctrico y cultivos, excluidos el trigo y el maíz.
También se eliminarán las reglas actuales que limitan al 20 y al 25%, respectivamente, la participación de una o varias instituciones financieras extranjeras en un banco comercial chino. Las restricciones a la propiedad de firmas internacionales en fabricantes de vehículos de pasajeros locales serán retiradas en el 2022, tal como se había anunciado. También se pondrá fin a la veda sobre empresas eléctricas, ferroviarias y navieras.
En dirección opuesta actuó EE.UU. el miércoles: el presidente Donald Trump anunció un plan para restringir las inversiones chinas en compañías tecnológicas de Estados Unidos con el objetivo de combatir el robo de propiedad intelectual. El gobierno le reclamó al Congreso que modernice la existente Ley de Modernización de la Revisión del Riesgo de Inversión Extranjera, para mejorar la protección de Estados Unidos ante las "nuevas y cambiantes amenazas planteadas por la inversión extranjera". Según la Casa Blanca, esta versión mejorada proporcionará herramientas adicionales al Gobierno de Trump para combatir las prácticas de inversión que amenazan el liderazgo tecnológico estadounidense, su seguridad nacional y prosperidad económica futura.
En todo caso, las autoridades chinas se preparan para afrontar una posible guerra comercial que podría afectar a la economía del gigante asiático. A principios de julio la administración estadounidense podría imponer aranceles a las importaciones chinas por valor de u$s 34.000 millones. Una perspectiva que ya hizo caer la bolsa de Shangai un 8% en las últimas dos semanas y puso bajo presión al yuan, en su nivel más bajo desde noviembre de 2017. "El crecimiento chino podría verse reducido en 0,3 puntos en 2019, pero el impacto podría ser mucho más importante" y afectaría a las multinacionales, a los mercados y a los inversores por la "incertidumbre" sobre la guerra comercial, dijo Gregory Daco de la consultora Oxford Economics.