La economía mundial continúa en un estado de fragilidad que revela "un estado de malestar profundo", evaluó la Agencia de Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (Unctad) en su informe anual.
El estudio publicado hoy señala que una década después de la crisis financiera y las guerras comerciales, y aunque la economía global se viene recuperando desde comienzos de 2017, el crecimiento sigue siendo intermitente y en muchos países "se mantiene por debajo de su potencial".
"Las presiones inmediatas relacionadas con la subida de aranceles y los flujos financieros volátiles están aumentando, pero estos síntomas de inestabilidad mundial reflejan fallas más profundas, como la insuficiente respuesta que se ha dado a las desigualdades", explica.
El informe agrega que las recientes rondas de aumentos de aranceles -en la guerra comercial protagonizada por China y EE.UU.- perturbarán el sistema comercial, basado cada vez más en las cadenas de valor.
En la guerra de aranceles, China pierde porque es quien más exporta
Si la escalada de represalias comerciales entre Washington y Pekín se agrava, podrían aumentar las incertidumbres y generar una disminución de las inversiones a mediano plazo, lo que tendría graves repercusiones en países que ya enfrentan dificultades financieras.
Los expertos de la Unctad examinan la forma en que el poder económico se ha ido concentrando en un número cada vez mas pequeño de empresas transnacionales y las repercusiones que esto tiene en la capacidad de los países en desarrollo para beneficiarse del comercio internacional y de las tecnologías digitales.
Europa prevé una caída del 2% en el crecimiento de EE.UU.
En tanto, el Banco Central Europeo (BCE) advirtió que el crecimiento económico de EE.UU. podría caer más de 2% el primer año después del inicio de una guerra comercial a todos los niveles por Washington.
En un artículo publicado hoy y que integra su boletín económico mensual, el BCE simuló el efecto que provocarían unos aranceles recíprocos del 10% impuestos por EE.UU. y sus socios comerciales sobre el conjunto de las importaciones, un escenario mucho más sombrío que el sugerido hasta ahora por el presidente Donald Trump.
Los efectos de medidas proteccionistas de esta naturaleza afectarían al comercio internacional y a la confianza de los mercados financieros, llevando a un alza del costo del endeudamiento de los Estados y a una caída de esos mercados financieros, de hasta un 16% en el caso de Wall Street.
El análisis muestra que “la actividad económica en Estados Unidos podría ser un 2% inferior desde el primer año . Esta situación “del peor escenario también toma en cuenta una contracción de casi 3% del comercio mundial, “pérdida de empleos y una “pérdida del nivel de vida , advirtió el BCE.
Este análisis se une a los del presidente del BCE, Mario Draghi, y del director general de la Organización Mundial del ComercioOMC, Roberto Azevedo, que alertaron sobre el ascenso del proteccionismo, pero no habían cuantificado su impacto.
Detalla también que los aranceles más elevados podrían reducir el poder de adquisición de los hogares y así desalentar el consumo y la inversión. Un posible efecto sería el desplazamiento de la demanda hacia los productos de origen nacional, reduciendo así las importaciones.
La pulseada entre EE.UU. y China podría, durante un tiempo, ser beneficiosa para el gigante asiático, que vendería mas productos en países terceros en detrimento de los exportadores estadounidenses.
En términos más globales, el golpe a la confianza en caso de una guerra comercial general produciría “un impacto significativo y más amplio en la producción , al hacer reducirse la economía mundial un 0,75% el primer año.
En tanto, el presidente del BCE, Mario Draghi, defendió hoy el éxito del euro, que este año cumple 20 años, y la idea de que Europa es más fuerte junta. "Creemos que el euro ha sido un éxito porque es una moneda estable, ha proporcionado una inflación media del 1,7% en veinte años, pero también porque la gente lo quiere: el 74% de la población en la zona del euro lo aprecia", dijo durante la visita del presidente de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, a la sede central del BCE.