En rechazo de la corrupción y del rumbo económico del gobierno de Dilma Rousseff, más de un millón de personas marcharon en varias ciudades de Brasil e incluso algunos de los sectores más radicales pidieron la intervención militar en la política brasileña.

Las protestas de hoy fueron convocadas por diferentes sectores que reclamaron cambios en la política económica, mientras que otros se quejaron por el escándalo de denuncias de corrupción que salpica a Petrobras e incluso grupos más radicales demandaron el juicio político de la mandataria y la “ayuda” de las Fuerzas Armadas.

Tras culminar las marchas en todo el país, el gobierno mediante una conferencia de prensa del ministro de Justicia, José Eduardo Cardozo, señaló que la presidenta dictará “en los próximos días” un conjunto de medidas de combate a la corrupción, en respuesta a las protestas que llevaron hoy a las calles a más de 1 millón y medio de personas.

“El gobierno está atento y dispuesto, como siempre estuvo, a escuchar la voz de las calles”, aseveró Cardozo, quien afirmó que el punto común de la protesta de hoy y la manifestación de sindicatos de ‘apoyo crítico‘ a Rousseff realizada el viernes pasado es la exigencia de combatir la corrupción.

Las manifestaciones se dieron durante todo el día en Brasilia, el Distrito Federal, y 16 estados: Alagoas, Amazonas, Bahia, Ceará, Goiás, Maranhão, Minas Gerais, Mato Grosso do Sul, Pará, Pernambuco, Paraná, Rio de Janeiro, Santa Catarina, Sergipe, San Pablo e Tocantins.Pero la marcha más multitudinaria se realizó por la tarde en San Pablo, ciudad en la que la oposición obtuvo sus mejores resultados en las elecciones.

En San Pablo y también en Río de Janeiro pequeños grupos exigieron incluso una “intervención militar” para deponer a Rousseff, coincidiendo hoy con el trigésimo aniversario de la investidura de José Sarney, primer jefe de Estado después de una dictadura militar que se prolongó por 21 años, de 1964 a 1985.

Uno de esos pequeños grupos es la organización “Intervenção Já, O Povo pede SOS as FFAA”, que mostró mediante pancartas su pedido de destitución de la mandataria y de la intervención de las Fuerzas Armadas, y otro en Rio de Janeiro, que llevó a la playa de Copacabana un jeep pintado de camuflaje, con un maniquí vestido de soldado, que fue recibido con aplausos por varios participantes de la marcha.

Las manifestaciones fueron convocadas días atrás por ciudadanos descontentos mediante redes sociales que no se identificaron con ningún partido político, pero las principales fuerzas de la oposición manifestaron el respaldo a las mismas, aunque espacios como el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) se apartaron de la petición específica del juicio político.

FUENTE: Agencias Buenos Aires