

Luego de los duros enfrentamientos que ayer causaron al menos siete muertos en Trípoli y de una noche en la que se se escucharon disparos, la capital libia amaneció hoy bajo una tensa espera, según informó la cadena televisiva qatarí Al Jazira.
Las calles de la capital libia están semidesiertas y las autoridades decidieron transferir a los periodistas extranjeros desde el hotel Corinthia al Rixos, en la periferia sur de la ciudad, informo el enviado de la agencia de noticias ANSA.
La jornada de ayer reflejó contradicciones en el seno del poder familiar. Mientras el lider Muammar Gadafi anunció que iba a “armar al pueblo”, su hijo Saif al Islam anunció una ofensiva contra el este del país, donde las tropas del clan no tienen ya casi presencia. Pero luego cambió el mensaje por el llamado a encontrar “soluciones pacíficas”.
Observadores presentes en Trípoli, según refleja el enviado de la agencia de noticias DPA, señalaron que es probable que el clan Cadafi se atrinchere en la Capital para tratar de hacerse aún más fuerte desde ahí.
En estos momentos el líder libio controla, además de Trípoli, las ciudades de Gadames, Sebha y Sirte, su ciudad natal, entre otras pocas, ya que el resto está en manos de los rebeldes.
Sin embargo, en un encuentro con los periodistas extranjeros llegados a Trípoli con escolta oficial, entre ellos el enviado de la agencia de noticias Europa Press, el mismo hijo de Kaddafi aseguró que sólo hay “problemas” en dos localidades del oeste: Misrata y Zawiya.
“Estamos tratando con terroristas”, aseguró. “El Ejército ha decidido no atacar a los terroristas y dar una oportunidad a las negociaciones”, prosiguió. “Esperamos poder hacerlo pacíficamente”, agregó.
Las oposición volvió a publicar en Internet videos en los que se ve a presuntos mercenarios africanos atacando a los manifestantes. En uno de ellos se ve a un hombre negro en uniforme sobre un charco de sangre y un grupo de personas impidiendo que otros libios lo linchen.
En los últimos días abandonaron a Cadafi varios funcionarios y aliados, entre ellos Ahmed Gadaf al Dam, primo del jefe de Estado, y Abdulrahman Shalgam, el embajador libio ante las Naciones Unidas en Nueva York.
En tanto, en El Cairo, la delegación libia sustituyó la bandera libia por la anterior al régimen de Cadafi en la sede de la Liga Arabe en Egipto.
Presión internacional
El Consejo de Seguridad comenzará a debatir esta tarde la resolución de condena, presentada por París y Londres , por los actos de represión en Libia que tienen en la mira a Gadafi y sus ocho hijos.
La propuesta contempla una amplia gama de sanciones contra el régimen libio, como el embargo de armas, la congelación de los bienes y la prohibición de viajar de las personas incluidas en la lista, y una petición al Tribunal Penal Internacional (TPI) de La Haya para que investigue la posible comisión de crímenes de guerra y contra la humanidad durante la represión de la revuelta.
De hecho, el gobierno de Barack Obama, ya anunció el congelamiento de los activos del coronel Gadafi y sus estrechos colaboradores.
El mandatario firmó una orden ejecutiva para congelar propiedades y bloquear transacciones que tienen alguna vinculación con ese país y cortar la limitada asistencia militar de Estados Unidos para Libia.
El ejecutivo estadounidense también fue claro al indicar que no están descartando cualquier medida con el fin de responder a la violencia en ese país, incluida una potencial acción militar.
A esto se le suma las declaraciones del primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, quien dijo que el líder libio “ya no tiene el control”, y advirtió sobre el peligro de que surjan “estados fundamentalistas islámicos” en la ribera sur del Mediterráneo.
“Muchos de sus ministros han dejado el equipo de gobierno”, recordó el premier italiano en una intervención durante el congreso del Partido Republicano Italiano, socio minoritario del Gobierno de Berlusconi, celebrado en Roma.
En este marco, el premier italiano dio por suspendido en este momento el Tratado de Amistad entre Italia y Libia firmado por Silvio Berlusconi y Gadafi en agosto de 2008 en la ciudad libia de Bengasi, que contenía importantes acuerdos en la luchacontra la inmigración ilegal.
Así lo hizo saber hoy el ministro italiano de Defensa, Ignazio LaRussa, durante un acto oficial en la localidad de Livorno (centro de Italia) para despedir a un reemplazo de soldados que viajarán a Afganistán.
La Russa explicó hoy que, por consiguiente, su gobierno cree como “probable” que sean “muchísimos” los indocumentados que puedan salir de las costas libias en los próximos días y llegar a Italia, “muchos más, incluso, de los que lo hacían antes del Tratado”.
Ante este temido éxodo masivo de ciudadanos libios hacia lascostas italianas, La Russa apeló a la solidaridad de los países de la Europa del norte
El Tratado de Amistad italo-libio comprende la cooperación en la lucha contra la inmigración ilegal con una intensificación en los controles en las costas libias, así como un resarcimiento económicopor parte de la antigua metrópoli, Roma, durante 20 años y por valor de u$s 5.000 millones por el “pasado colonial” de Libia.
El acuerdo contempla además, entre otras cosas, inversiones italianas en infraestructuras libias, así como becas para jóvenes deLibia que quieran estudiar en Italia.













