La crisis europea ya sentenció, en pocos meses, la suerte de Portugal, Irlanda, Grecia e Italia, con la dimisión de sus máximas autoridades. Para evitar otra caída y salir a flote, los países más fuertes de la región, Francia y Alemania, estudian una reestructuración del bloque regional sin anestesia: analizan achicar la UE en un esfuerzo para asegurar el futuro de la moneda común.

El presidente francés, Nicolás Sarkozy, dio algunas pistas en este sentido en un discurso ante estudiantes en la ciudad francesa de Estrasburgo el martes, cuando dijo que una Europa de dos velocidades era el modelo para el futuro.

Pero las conversaciones entre legisladores en París, Berlín y Bruselas van sustancialmente más allá, previendo la posibilidad de que uno o más países abandonen la zona euro, antes de que los que se queden profundicen la integración económica, incluso en política impositiva y fiscal.

“Francia y Alemania han mantenido intensas consultas sobre este asunto en los últimos meses, a todos los niveles”, dijo una alta fuente del bloque regional.

Tales medidas encuentran oposición en muchos países de la UE cuyo apoyo es necesario para cualquier modificación a los tratados del bloque, lo que dificulta el acuerdo.

De todas maneras, la incertidumbre de cara al futuro, no cesa. El tabú de que un país deje la unión monetaria de 17 países fue dejado de lado la semana pasada en la cumbre del G-20 en Cannes, Francia, cuando la canciller alemana, Angela Merkel, y Sarkozy efectivamente dijeron que Grecia podría tener que dejar la zona euro si esto era necesario para mantener la estabilidad a largo plazo del área.

Sin embargo, las últimas conversaciones entre autoridades europeas apuntan a una reevaluación más fundamental del proyecto del euro ya lleva 12 años -incluyendo qué países y qué políticas se necesitan para mantenerlo fuerte y estable- antes de que la crisis de deuda soberana lo destruya por completo.

Una alta fuente del gobierno alemán dijo que se trataba de podar la zona euro para hacerla más fuerte. “Aún puedes llamarle euro, pero serán menos países,” dijo, sin identificar a aquellos que se tendrían que ir.

Mientras que la Europa de dos velocidades a la que se ha referido Sarkozy ya es una realidad en muchos aspectos, y una frustración para países como Polonia que confía en entrar a la zona euro, los funcionarios entrevistados por Reuters hablaron de un proceso más formal para crear una estructura de dos niveles y permitir al segundo grupo seguir adelante.

“Esto es algo que lleva en el aire algún tiempo, al menos en conversaciones de alto nivel”, dijo otro diplomático de la UE. “La diferencia ahora es que algunos países se están moviendo muy rápidamente (...) El riesgo de una división, de una Europa de dos velocidades, nunca ha sido tan real”.

Francia y Alemania se ven a sí mismas como la espina dorsal del bloque euro y con frecuencia promueven iniciativas que otros países rechazan. La idea de una zona euro más pequeña podría encontrar la oposición de Holanda y, posiblemente, Austria, aunque ambos serían eventuales miembros de la misma.