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El portaaviones Fujian, que China se prepara para poner en servicio oficialmente en septiembre de 2025, representa un salto tecnológico decisivo en el poder aeronaval del país y cambia el equilibrio global de poder marítimo. Con un desplazamiento de entre 80.000 y 85.000 toneladas y una eslora de aproximadamente 316 metros, es el buque más grande y avanzado construido íntegramente en China, superando ampliamente a sus predecesores Liaoning y Shandong, y solo superado en tamaño por portaaviones estadounidenses como la clase Gerald R. Ford.
Lo que hace temible al Fujian es su innovador sistema de lanzamiento electromagnético de aeronaves (EMALS), una tecnología que solo poseen los portaaviones de última generación de EE.UU. y que permite lanzar aviones más pesados y variados con mayor rapidez y eficiencia. Entre las aeronaves que puede lanzar esta catapulta se incluyen cazas J-15T, aviones de alerta temprana KJ-600, helicópteros antisubmarinos y drones, y próximamente cazas furtivos de quinta generación J-35.
Innovación tecnológica y capacidades aéreas
El Fujian es el primer portaaviones chino equipado con catapultas electromagnéticas (sistema CATOBAR), que permiten operaciones aéreas sofisticadas con una mayor carga y diversidad de aeronaves.
Esto supera las limitaciones de los anteriores portaaviones chinos, que usaban rampas de salto para despegar, método que restringe el peso y tipo de aeronaves; el Fujian iguala la capacidad tecnológica de los portaaviones estadounidenses más avanzados, acercando a China a un estándar de operación global de primer nivel.
Esta capacidad le permite ejecutar "ataques de enjambre masivos" (conocidos como "ataques Alpha"), lanzando rápidamente una gran cantidad de aeronaves para saturar y superar las defensas enemigas, aumentando considerablemente su capacidad de superioridad aérea y dominio marítimo.
Proyección estratégica y mensaje geopolítico
La entrada en servicio del Fujian es estratégica para China, que busca ampliar su influencia en el océano Pacífico y el Índico, proyectando poder militar más allá de sus costas frente a potencias regionales como Japón y Taiwán, y desafiando el dominio naval de Estados Unidos en Asia. La flota con el Fujian permitirá mantener grupos de ataque operativos de forma continua, una doctrina similar a la estadounidense, capaz de sostener operaciones de largo alcance, entrenamiento y despliegue simultáneo.
Además, Pekín ha reforzado el simbolismo de la incorporación del Fujian al coincidirla con eventos militares conmemorativos, evidenciando su intención de mostrar fortaleza naval y presencia estratégica.
El portaaviones cuenta con una cubierta de vuelo de unos 320 metros y puede embarcar más de 60 aeronaves, entre cazas J-15T mejorados, aviones KJ-600 para alerta temprana, helicópteros antisubmarinos y drones. Destaca la futura incorporación del J-35, un caza furtivo de quinta generación que incrementará la capacidad de penetración y ataque encubierto.
Este conjunto aéreo, apoyado en la tecnología electromagnética de lanzamiento, convierte al Fujian en una plataforma moderna y letal, capaz de llevar a cabo operaciones complejas y sostenidas a niveles que hasta ahora solo estaban dominados por Estados Unidos.
Impacto en el equilibrio global
Con el Fujian, China no solo suma un portaaviones más a su flota, sino que entra decisivamente en la carrera tecnológica avanzada en poder naval, con una plataforma diseñada para competir con las mejores fuerzas aeronavales del mundo. Esto representa una amenaza y un desafío para las potencias tradicionales, que ven en el Fujian una señal clara del cambio en el orden estratégico global, con China estableciendo una capacidad operativa naval que puede influenciar escenarios de conflicto y control marítimo en Asia y más allá.
Este avance naval, basado en desarrollo tecnológico propio y la incorporación de sistemas de lanzamiento electromagnéticos y nuevas aeronaves furtivas, convierte al Fujian en un arma gigantesca que literalmente hace temblar a las potencias globales y redefine el equilibrio del poder marítimo en el siglo XXI. La Armada Popular de Liberación con el Fujian expande su capacidad de proyectar poder en los océanos clave, situando a China en una posición estratégica y tecnológica inédita hasta ahora.
