Las personas recuperadas de un contagio con Ómicron, la nueva variante del coronavirus, podrían quedar protegidas de una eventual infección posterior con la variante Delta, según un nuevo estudio científico realizado en Sudáfrica, país donde se identificó a la primera.
La nueva investigación, que fue dirigida por el profesor Alex Sigal, virólogo del Instituto de Investigaciones Sanitarias de África, aún no cuenta con revisión de pares, pero fue enviada como preimpresión al reservorio científico medRxiv.
¿POR QUÉ LA VARIANTE OMICRON PROTEGERÍA CONTRA DELTA?
Según el comunicado subido a la página del Instituto de Investigaciones Sanitarias de África, el equipo de investigación inscribió en el estudio a 13 personas previamente vacunadas y no vacunadas que estaban infectadas con la variante Ómicron.
"Se utilizó plasma, un producto sanguíneo que contiene anticuerpos, de los participantes para probar la capacidad de los anticuerpos para controlar tanto Ómicron como Delta en el laboratorio, lo que se conoce como prueba de ‘neutralización'. Se midió esto cerca del momento cuando los participantes tenían síntomas, y nuevamente alrededor de dos semanas después", precisa el documento.
Y agregó: "Como era de esperar, los resultados muestran una respuesta de anticuerpos en desarrollo a Ómicron, con un aumento de la neutralización 14 veces durante este tiempo. Sin embargo, el equipo también observó que los participantes desarrollaron cierta inmunidad mejorada contra la variante Delta, con un aumento de la neutralización de Delta 4,4 veces mayor".
Si otros estudios confirman estos hallazgos, habría indicios para considerar que el futuro frente a la pandemia no será tan nefasto.
Ocurre que, a corto plazo, se espera que la variante Ómicron genere una oleada de casos que supondrá una presión importante para las economías y los sistemas sanitarios de todo el mundo, pero la nueva investigación sugiere que, a largo plazo, en un mundo dominado por la cepa descubierta en Sudáfrica, podría haber menos hospitalizaciones y fallecimientos.
ómicron: ¿optimismo vacío o fundado?
Científicos independientes afirmaron que, aunque los resultados del experimento sudafricano son preliminares, tienen solidez. Carl Pearson, investigador de salud pública de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, señaló que los resultados coincidían con lo que está ocurriendo actualmente en el Reino Unido.
"Ómicron llega y crece con rapidez, y la tendencia de Delta pasa a ser decreciente", dijo el investigador.
En tanto, Nathan Grubaugh, epidemiólogo de la Escuela de Salud Pública de Yale, comentó al diario New York Times que estaba observando el mismo patrón en Connecticut.
"Vemos que Ómicron aumenta exponencialmente, mientras que los casos de Delta disminuyen. Esto me sugiere que ambas están compitiendo en cuanto a individuos susceptibles, dejándolos menos susceptibles a Delta y reduciendo los casos de esa variante", precisó.
Los anticuerpos, la clave
Cuando las personas comenzaron a contagiarse con el coronavirus hace dos años, produjeron anticuerpos y células inmunes que podían brindar protección. Debido a eso, era muy raro que una persona volviera a contagiarse en los meses siguientes.
Pero a finales de 2020 surgieron nuevas variantes de coronavirus. Algunas, como Alfa, tenían mutaciones que les permitían propagarse rápidamente; otras, como Beta, tenían adaptaciones que les permitían evadir los anticuerpos, ya fueran producidos durante una infección previa o en respuesta a una vacuna de Covid-19.
"Como era de esperar, los resultados muestran una respuesta de anticuerpos en desarrollo a Ómicron, con un aumento de la neutralización 14 veces durante este tiempo. Sin embargo, el equipo también observó que los participantes desarrollaron cierta inmunidad mejorada contra la variante Delta, con un aumento de la neutralización de Delta 4,4 veces mayor".
Delta, que apareció luego, combinaba ambas capacidades: podría propagarse y además evadir anticuerpos. Las vacunas seguían siendo eficaces contra Delta, pero no tanto como lo habían sido antes en la pandemia.
Ómicron, que fue descubierta en noviembre, se extendió más rápido incluso que Delta. La variante identificada en Sudáfrica puede infectar a las personas vacunadas y a las que se habían enfermado con variantes anteriores.
Y esto también lo confirmó el equipo del doctor Sigal al analizar la sangre de personas que fueron vacunadas o se habían recuperado del coronavirus, y mezclarla con diferentes variantes.
Pendiente de validación
En su estudio nuevo, Sigal y sus colegas hicieron el mismo experimento, pero esta vez con personas que se habían recuperado de contagios con Ómicron. A pesar de que Sudáfrica acaba de atravesar un enorme pico de casos de esta variante, Sigal y sus colegas solo pudieron estudiar a 13 pacientes.
"Fue muy difícil debido al periodo vacacional. Nadie quiere quedarse para formar parte de un estudio", dijo el especialista.
Siete de los pacientes estaban vacunados y seis no. Los científicos no determinaron qué voluntarios se habían infectado con anterioridad con otras variantes del virus; sin embargo, como la gran mayoría de los sudafricanos padecieron la enfermedad antes de la llegada de Ómicron, por lo que es probable que la mayoría no se hubiera contagiado de coronavirus por primera vez con esta última variante.
Como era de esperarse, los investigadores descubrieron que la sangre de los pacientes presentaba un nivel elevado de anticuerpos potentes contra Ómicron, pero esos anticuerpos también resultaron eficaces contra la variante Delta.
El resultado los sorprendió porque en el caso contrario no sucedía lo mismo: en otro estudio habían advertido que los anticuerpos producidos tras una infección por Delta ofrecían poca protección contra Ómicron.
Ómicron: una Especulación y tres escenarios
Por supuesto, por su integración, el estudio es por ahora una especulación sobre la salud futura de miles de millones de personas con base en solo 13 voluntarios.
Resta, además, definir con exactitud a qué se debe el beneficio que proporciona Ómicron contra la variante Delta. Es posible que los anticuerpos que produce también actúen de manera más amplia contra otras variantes.
También es posible que las infecciones con Ómicron simplemente hayan despertado la inmunidad existente en los voluntarios, adquirida con las vacunas o contagios anteriores. Si ese es el caso, queda por ver qué pasará con las personas no vacunadas que se infecten por primera vez con esa variante.
Dependiendo de la evolución del coronavirus, Pearson dijo que podía prever tres futuros distintos.
- En el primero, el coronavirus imita a la gripe, con una variante estacional que supera a la anterior, año tras año.
- El segundo escenario es que imite a la fiebre del dengue, coexistiendo varias variantes que evaden diferentes anticuerpos, lo que hace que las personas se enfermen en diversos periodos de tiempo cuando se contagian con alguna de esas variantes.
- La tercera posibilidad es la más deseable: una variante gana y se convierte en un patógeno que se puede prevenir fácilmente. Pero Pearson cree que ese es el escenario menos probable. .