En esta noticia
Un equipo de arqueólogos egipcio-italiano se topó con un descubrimiento que hasta ahora es de los más significativos de 2025.
En Asuán, Egipto, los investigadores encontraron varias tumbas con inscripciones jeroglíficas con un estado de conservación impresionante.
El trabajo del Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto y la Universidad de Milán permitió descubrir estructuras funerarias que revelan una arquitectura perfectamente adaptada al paisaje rocoso del desierto egipcio.
La nueva joya arquitectónica de la antigüedad que supera los restos de Tutankamón
Se trata de la Tumba 38, que destaca por su diseño arquitectónico y su extraordinaria preservación. Está a dos metros bajo tierra y tiene características únicas sobre las costumbres funerarias.
Con escaleras talladas a mano, plataformas de adobe con ofrendas y una disposición arquitectónica que demuestra el nivel técnico alcanzado por los constructores de la época.
El sarcófago era de dos metros de altura de piedra caliza, colocado sobre una base tallada directamente en la roca de la montaña. La tapa está esculpida con rasgos humanos extraordinariamente detallados, con decoraciones que soportaron el paso de los años.
Los jeroglíficos con invocaciones jamás antes vistas
A los costados del sarcófago, dos columnas de textos jeroglíficos contienen invocaciones a las deidades locales de Asuán y revelan la identidad del ocupante, identificado como Ka-msio, un alto funcionario de la época.
Estas inscripciones, que se encuentran en un estado de conservación notable, incluyen también los nombres de varios miembros de su familia, sugiriendo que la tumba funcionó como un panteón familiar durante un período prolongado.
Panteón familiar: el sarcófago que revela las tradiciones funerarias
Las inscripciones no solo proporcionan información sobre la identidad del difunto, sino que también ofrecen valiosos datos sobre las creencias religiosas y los rituales funerarios practicados en el Alto Egipto durante los períodos ptolemaico y romano.
El equipo arqueológico recuperó varias momias, entre las cuales se identificaron restos de niños, lo que confirma el uso prolongado de la tumba como panteón familiar. Este hallazgo es particularmente significativo porque demuestra cómo las familias de la élite mantenían sus tradiciones funerarias a través de generaciones, adaptándose a los cambios políticos y culturales sin perder su identidad.