El papa León XIV volvió a romper el protocolo del Vaticano en un nuevo gesto de cariño hacia un joven. El relato de un testigo miembro de la Iglesia católica emocionó a todos los fielespor el momento que se produjo en este acto.
El custodio del Sagrario Apostólico relató la escena que presenció en el Aula Ducal del Palacio Apostólico Vaticano durante una audiencia privada con una familia que tuvo lugar en junio.
¿Cómo rompió el protocolo el papa León XIV?
"En el ambiente solemne e íntimo del Aula Ducal del Palacio Apostólico, tuvo lugar un encuentro sencillo, pero profundamente humano. El papa León XIV recibió a la familia de Giovanni Giordano, asistente del capellán de los Carabineros, en el cuartel "VB Salvo D'Acquisto de Tor di Quinto, Roma".
El custodio del Sagrario Apostólico, el sacerdote agustino Bruno Salvestrini, narró que "el pequeño corrió hacia el pontífice y el referente eclesial se inclinó para abrazarlo con cariño" en un momento que presenciaron su madre y su padre.
El testigo contó que se trataba de "un niño vivaz e incansable, lleno de una energía sorprendente que corría de un lado a otro, sin prestar mucha atención ni confiarse a los presentes. Parecía pertenecer a un mundo propio, donde la espera era solo un intervalo para llenarse de juegos".
¿Por qué el papa León XIV rompió el protocolo?
Sin embargo, el momento culmine llegó con la primera aparición del líder del Vaticano. Salvestrini explicó que en ese preciso momento "ocurrió algo inesperado y cautivador".
"Mientras nosotros, los adultos, permanecíamos serenos, emocionados, quizás incluso intimidados por la sacralidad del momento, aquel pequeño pareció iluminarse. Lo dejó todo atrás y, sin dudarlo, corrió hacia el Papa, abrazándolo en un gesto genuino y espontáneo", explicó el custodio.
"Sin filtros, sin vacilaciones: solo la pureza del corazón de un niño que reconoce lo verdadero, lo bueno y lo acogedor", profundizó y contó que el referente de la Iglesia se sonrió y devolvió el gesto "con ternura".
En el protocolo habitual del Vaticano, se espera que en las ceremonias papales se mantenga la formalidad con gestos que incluyen reverencias y saludos con la mano.
Sin embargo, el sacerdote agustino explicó que "en estos episodios que la Providencia parece querer susurrarnos algo: a veces, son aquellos con almas libres quienes, más que nadie, son capaces de reconocer la belleza y la paternidad de Dios".
"No podemos evitar sentirnos interpelados por esta escena evangélica: ‘Quien no se humille como un niño no entrará en el Reino de los Cielos'", concluyó Salvestrini.