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Un increíble hallazgo arqueológico se produjo en las tierras altas de Bolivia,donde seencontróun templo de una civilización perdida anterior a los incas.

El hallazgo del templo Palaspata, enterrado durante mil años, revela que el poderoso imperio Tiwanaku -que precedió a los incas- se extendió mucho más allá de los límites que los arqueólogos habían establecido hasta ahora.

El complejo templario, bautizado como Palaspata en referencia al nombre nativo de la región, fue desenterrado por un equipo internacional de arqueólogos en el municipio boliviano de Caracollo, ubicado aproximadamente a 210 kilómetros al sur del famoso yacimiento arqueológico de Tiwanaku, la antigua capital del imperio.

Los hallazgos, publicados en un estudio en la revista Antiquity, generaron un revuelo en la comunidad científica internacional.

Los arqueólogos afirman haber descubierto las ruinas de lo que consideran los límites de un antiguo templo perteneciente a la enigmática sociedad andina de Tiwanaku, que desapareció alrededor del año 1000 d.C., en una zona donde nadie esperaba encontrar evidencias de esta civilización.

Una civilización que dominó los Andes antes que los incas

La sociedad Tiwanaku floreció entre los años 300 y 1000 d.C. en el altiplano boliviano, cerca de las orillas del lago Titicaca. Esta civilización desarrolló una arquitectura monumental, sistemas agrícolas sofisticados y una red comercial que se extendía por gran parte de los Andes. Su influencia fue tan poderosa que, cuando colapsó alrededor del año 1000 d.C., dejó un vacío que no sería llenado hasta la llegada de los incas varios siglos después.

El complejo templario presenta elementos arquitectónicos avanzados para la época, como una plataforma escalonada y un patio hundido, que guardan un notable parecido con el estilo tiwanacota encontrado en otras partes de la región del Lago Titicaca.

Estas características arquitectónicas distintivas han permitido a los arqueólogos confirmar que se trata de una construcción genuinamente tiwanacota.

El Dr. José Capriles, arqueólogo boliviano y profesor asociado de antropología en la Universidad Estatal de Pensilvania, quien lideró la investigación, explica que la ubicación del templo no es casual: sugiere que pudo haber servido como un punto de control estratégico para el comercio y la influencia sociopolítica de Tiwanaku en la zona.

Este descubrimiento sugiere que los tiwanacotas no solo controlaban su territorio nuclear alrededor del lago Titicaca, sino que habían establecido puestos avanzados en regiones mucho más distantes para mantener su influencia política y económica.

El templo habría funcionado como una especie de embajada religiosa y política, proyectando el poder de Tiwanaku en tierras lejanas.

El increíble hallazgo arqueológico que revoluciona a los científicos

El hallazgo de Palaspata está obligando a los arqueólogos a reconsiderar todo lo que creían saber sobre la expansión tiwanacota.

La reciente excavación ha puesto de relieve la interconexión entre los diversos territorios de esta sociedad, sugiriendo que Palaspata pudo haber actuado como un puente para la expansión del poder tiwanacota en la región.

Su arquitectura, localización y enorme tamaño podría llevar a la comunidad científica a revisar por completo la información hasta ahora disponible sobre la difusión del antiguo Estado Tiwanaku.

Este templo demuestra que la civilización tenía un alcance geográfico y una capacidad de organización territorial mucho mayor de lo que se pensaba.

Pero lo que hace aún más notable este descubrimiento, es que el templo se encuentra fuera de los límites de expansión previamente reconocidos de Tiwanaku.

Durante décadas, los arqueólogos habían concentrado sus esfuerzos de investigación en las cercanías del lago Titicaca, considerado el corazón del imperio.