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Lo que parecía imposible se confirmó en el norte de Finlandia. Investigadores encontraron partículas de orodentro de las agujas de abetos noruegos, justo sobre un yacimiento conocido.
El descubrimiento no solo sorprende por la presencia del metal en el tejido vegetal, sino por el proceso que lo hace posible: bacterias que viven dentro de las hojas transforman el oro líquido en partículas sólidas.
El estudio, realizado por la Universidad de Oulu junto al Servicio Geológico de Finlandia, analizó muestras de árboles en la región de Laponia, cerca de la mina de Kittilä. Usaron microscopía electrónica y técnicas genéticas para identificar tanto el oro como los microorganismos involucrados.
¿Cómo llega el oro a las hojas?
El metal se mueve desde el suelo en forma soluble, sube por las raíces junto con el agua y se deposita en las agujas. Pero no lo hace solo. Los científicos detectaron colonias bacterianas envueltas en biofilm -una capa pegajosa que los microbios usan para agruparse- justo donde aparecieron las partículas de oro.
Los géneros bacterianos más frecuentes fueron P3OB-42, Cutibacterium y Corynebacterium, todos presentes en las muestras que contenían oro. Según los investigadores, estos microbios podrían precipitar el metal disuelto y fijarlo en forma sólida dentro del tejido vegetal.
¿Qué implica este descubrimiento para la minería?
El hallazgo tiene implicancias directas en la exploración de minerales. Si se confirma el proceso en otras especies y suelos, se podrían usar plantas como indicadores naturales de yacimientos subterráneos. Esto permitiría reducir perforaciones, minimizar el impacto ambiental y optimizar los recursos.
Además, el mismo mecanismo biológico podría aplicarse en sistemas de tratamiento de aguas contaminadas por minería. El uso de musgos acuáticos y sus bacterias asociadas podría ayudar a remover metales disueltos de forma natural.
¿Qué sigue en la investigación?
El equipo científico planea realizar pruebas en laboratorio para confirmar cómo actúan las bacterias en condiciones controladas. También buscan expandir el estudio a otras especies vegetales y tipos de suelo, con el objetivo de entender si este fenómeno ocurre en más regiones del planeta.