

Con 151 votos a favor, 66 en contra y 8 abstenciones, la Cámara de Diputados dio media sanción al proyecto de ley que propone modificar el huso horario oficial en Argentina.
La iniciativa impulsada por el diputado mendocino Julio Cobos busca retrasar una hora los relojes durante el período invernal, pasando del actual UTC -3 al UTC -4, con el objetivo de sincronizar mejor la hora oficial con la hora solar.
Cambia la hora en Argentina: ¿de qué trata el proyecto de ley?
El proyecto establece que Argentina adopte como hora oficial el huso horario correspondiente a cuatro horas al oeste del Meridiano de Greenwich (UTC -4). Esto implicaría que amanecería y anochecería una hora antes respecto del horario actual.

Durante el verano, se permitiría volver al huso UTC -3, replicando el esquema de alternancia que el país utilizó entre 1930 y 1970. "Argentina tiene un desfasaje entre la hora oficial y el huso horario que realmente no corresponde y esto provoca varios inconvenientes", explicó Cobos en sus redes sociales.
Además, el diputado señaló que el contexto internacional actual genera la necesidad de corregir el huso horario, ya que el mundo atraviesa "una situación crítica en lo que respecta a la energía, agravada por las tensiones generadas por la guerra en Ucrania".
¿Cómo se cambiaría la hora en los relojes?
Si el proyecto es aprobado por el Senado, todos los relojes, tanto los de aguja como los electrónicos, deberán ajustarse una hora hacia atrás. Luego, en septiembre, se volvería al horario actual.
Esto significa que amanecerá y atardecerá una hora antes de lo habitual según nuestro reloj, lo que impactará directamente en la rutina cotidiana. Por ejemplo, si hoy amanece a las 7:00, con el nuevo horario lo haría a las 6:00.
¿Qué impacto tendría el cambio de horario?
El proyecto contempla efectos en múltiples áreas:
- Educación: se busca que los alumnos comiencen sus jornadas con luz natural, lo que podría mejorar el desempeño escolar.
- Consumo energético: se reduciría el uso de luz artificial en horas de la tarde y noche.

El investigador del CONICET, Diego Golombek, respaldó el cambio al huso -4, aunque criticó la alternancia entre horarios de verano e invierno. Según especialistas, este cambio afecta el reloj biológico y puede provocar trastornos del sueño, irritabilidad y mayor riesgo de accidentes.















