La diplomacia estadounidense no sólo maltrató a Cristina y Néstor Kirchner en los reportes que enviaba a Washington. Mauricio Macri también padeció uno de los sacudones que la embajadora Vilma Martínez envió en secreto a Hillary Clinton, su superior en el Departamento de Estado. Para Martínez, el Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires es un hombre brusco con una “maniquea visión del mundo , capaz de “cortar abruptamente una reunión.

La representante estadounidense mandó ese cable a sus jefes en noviembre de 2009, cuando aún era una recién llegada en Buenos Aires. Según publicó ayer El País de Madrid basándose en los documentos que le proporcionó la organización WikiLeaks, la embajadora consideró que Macri comparte esas cualidades “con Néstor Kirchner, su gran rival político .

Una mera búsqueda en el sitio oficial de la Embajada estadounidense en Buenos Aires permite apreciar con este episodio la disparidad entre lo oculto y lo visible en las relaciones diplomáticas. Luego de esa visita, ocurrida en la Jefatura de Gobierno el 9 de noviembre de 2009, la sede diplomática emitió un comunicado en el que todo es color de rosa. “Fue un placer haber conocido al Jefe de Gobierno de esta hermosa ciudad. Sé que su gobierno, así como el gobierno nacional y los gobiernos provinciales, están trabajando arduamente en la agenda del bicentenario. Como signo de amistad con la Argentina, los EE.UU. también brindará su aporte en este importante acontecimiento’, dijo la embajadora Martínez. ‘Me encanta esta ciudad, y estoy muy feliz de poder trabajar aquí y tener la oportunidad de disfrutar de todas sus actividades culturales’, concluyó , según la gacetilla.

Sin embargo, su prosa cambió cuando Martínez tuvo que describir ese mismo encuentro para sus interlocutores en Washington. “La reunión sirvió para recordarnos su brusquedad, su maniquea visión del mundo y su incomodidad con las sutilezas de las comunicaciones interpersonales. Cortó la reunión abruptamente a los 20 minutos (...) Son cualidades que comparte con Néstor Kirchner, su gran rival político , relató.

El 28 de enero de este año, Macri devolvió la visita a Martínez y almorzó en la residencia de Palermo. Ese día, la Embajadora convidó a su invitado con chocolates. El Jefe de Gobierno los devoró al instante y –según pudo saber El Cronista– se animó a pedirle a su anfitriona, divertido, que le envíe más de esas golosinas a su despacho. Acaso hoy ese recuerdo dulce se le vuelva amargo.